Capítulo 36: Mirando el cielo.
— Bolita...no se mueve —
Elianna sintió que su mundo comenzaba a derrumbarse. Gruesas y calientes lágrimas se derramaron como cascadas desde sus ojos verdes que miraban con desesperación a Caleb.
Tomándolo entre sus brazos, Caleb vio que el pobre animal estaba muy malherido; había golpeado brutalmente.
— Por favor, Caleb, ¡Sálvalo! El...intento defenderme, es todo ni culpa...es toda mi culpa... — dijo Elianna llorando histérica.
El rubio sintió como algo se quebró dentro de el al ver llorar tan desgarradoramente a su amada. Elianna estaba sufriendo.
— Jajaja, al menos pude desquitar algo de mi paga — murmuró aquel maldito hombre que era llevado por la policía.
A punto de decir algo, Caleb vio como Elianna se ponía de pie y caminaba a paso firme para luego propinar un fuerte puñetazo a aquel delincuente.
— Si lo pierdo...escúchame bien, miserable, si lo pierdo por tu culpa, veré qué te pongan en un lugar en dónde ni siquiera los cuervos podrán dejar caer su suciedad sobre ti...e