En la impresionante mansión Mandujano, un hombre atractivo de ojos verdes maquillados con una línea negra debajo de ellos, uno ochenta de altura y un aura de emperador esperaba ansioso por la mujer que le había robado el corazón meses atrás en aquel restaurante donde la vió por primera vez
Sabía que tarde o temprano vendrías ami, más confieso que la espera a sido agonizante, mi hermoso ángel Camill!
Después de pagar Camill camino con batallas, la maleta era un poco grande y el bebé venía dormido por el paseo en coche, un par de hombres la interceptaron en la entrada, uno de ellos le pidió la maleta para ayudarle a cargarla, el otro la invitó a subir a un lujoso coche negro, Camill había llegado a la entrada de la mansión pero aún había camino por recorrer
Después de diez minutos de recorrido, en el paisaje hermosos jardines, pinos y fuentes que Camill admiraba asombrada, llegaron por fin a la impresionante mansión, era inmensa y bellísima, Renzo estaba de pié esperándola, el hombre