Collin*
Collin sintió su cuerpo congelarse. El aire pareció desaparecer de sus pulmones mientras miraba a la bestia frente a ella. Aquella criatura enorme, de ojos hambrientos y colmillos al descubierto, no dudaría. Las mataría. Mataría al bebé.
"Collin..."
susurró Eve, apretando al hijo contra su pecho. Su rostro estaba pálido, pero su voz cargaba la desesperación de quien sabe que no habrá escape. Lentamente, se puso de pie, con las manos temblando.
"Nos va a matar..."
"No lo hará."
La voz de Collin apenas fue un susurro.
El lupino avanzó un paso, mordiendo el aire, como si ya pudiera saborear la sangre. Sus ojos brillaban con crueldad.
"Voy a divertirme mucho", gruñó, mostrando una sonrisa depredadora.
Collin vio cómo miraba a Eve y al bebé. El estómago se le revolvió. No permitiría que eso sucediera.
En el rincón de la tienda, sobre un pequeño baúl, vio un cuchillo. Estaba lejos, pero era su única oportunidad. Sus músculos se tensaron. El lupino se preparó para atacar a Eve. Coll