Scott era uno de los lacayos de Max que lo seguía desde hacía años.
Charlie preguntó con curiosidad: "Oh, ¿Scott trabaja en la misma compañía que tú?".
"Sí", respondió Max con una sonrisa: "Él es uno de mis ayudantes".
Entonces, se volteó hacia Charlie y le dijo: "Ven a ayudarme. No necesitas ninguna experiencia laboral ni espero que la tengas, solo me tienes que hacer algunos recados. Ya sabes, hacerme el café, limpiar mi oficina, etc. Eres el mejor para servir a la gente. Te daré tres mil dólares al mes. ¿Qué te parece?".
¿Hacerle café, limpiar su oficina, etc.?
¿Tres mil al mes?
Charlie respondió con una sonrisa: "Oh, tu oferta es tan lucrativa. No me lo merezco, pasaré".
Max asintió triunfante y dijo: "No quiero presumir, pero créeme, ganarás mucho dinero si trabajas para mí. Sólo mira a Scott. Se habría muerto de hambre si no fuera por mí".
Había un matiz de vergüenza en la cara de Scott, pero no se atrevía a contradecir a Max.
Max dijo con cara de suficiencia: "¿Qué te p