Con esas palabras, Loreen se volvió hacia Charlie y le preguntó: “Entonces, ¿vas a estar libre los próximos días? Podemos volar, descansar el día que lleguemos, ir al concierto el segundo día y luego hacer turismo el tercer día. Podemos volver cuando hayamos disfrutado”.
Charlie se encogió de hombros y se volvió hacia Claire. “¿Y bien? ¿Qué te parece?”.
Claire hizo un pequeño puchero. “De hecho, también soy fanática de Tanya y nunca he ido a ninguno de sus conciertos. Es una oportunidad única, así que ¿por qué no te unes a nosotras?”.
Al ver que Claire estaba tan entusiasmada, Charlie asintió sin dudar. “De acuerdo, si tú lo dices”.
“¡Genial!”, exclamó Loreen emocionada incluso antes de que Claire pudiera hacerlo. “¡Reservaré el vuelo y el hotel!”.
Charlie sacudió la cabeza. “No, tú nos conseguiste esas entradas exclusivas. Deja que yo me encargue del vuelo y el alojamiento”.
Loreen lo miró de reojo, sus manos en las caderas. “Vamos, Charlie. No te hagas el extraño. ¡Sé un amigo!