Mientras tanto, en la fábrica de conservas, más de diez mil personas hacían fila para reclamar el antídoto que contrarrestaría el veneno en sus venas.
Tras Chipre, Charlie volvió a presenciar la impecable disciplina de los guardias armados del calvario, los soldados muertos e incluso sus familiares.
Aunque para muchos esto fuera un sueño hecho realidad, todos acataron las órdenes y permanecieron en la fila sin quejarse.
Además, todo el mundo guardaba un silencio profundo cuando sus respectivos supervisores les ordenaron mantenerse quietos, y ni siquiera se oyó un susurro. Todo lo que se podía escuchar de esas diez mil personas eran pasos suaves y quizá el tenue roce de sus ropas.
En cuanto al antídoto, Charlie había agotado todas las píldoras que tenía.
Tras vender su Píldora Rejuvenecedora por billones, probablemente podría conseguir que las personas más ricas del mundo pagaran cuatrillones o más por esas píldoras.
Aun así, Charlie no se obsesionaría con el dinero… simplemente p