Penny era consciente del poder que ejercían la Sociedad Eliminatoria Qing y Fleur.
Además de eso, su familia la había adoctrinado tanto que temía siquiera albergar pensamientos de rebelión. Le habían inculcado que la única manera de mejorar la suerte de su familia era seguir mejorando su cultivación y alcanzar prominencia dentro de la sociedad.
De hecho, si Fleur la reconocía, su familia sin duda recibiría un trato favorable, y tal vez dejarían de ser tratados como un establo que proveía yeguas reproductoras.
Con un peso tan grande sobre sus hombros, Penny se había vuelto ferozmente leal a la Sociedad Eliminatoria Qing, anhelando obtener más méritos y elogios.
Por lo tanto, consideró la decisión del Gobernador Militar Derecha de confiarle la supervisión de la transición como una señal de la creciente confianza depositada en ella.
En su mente, si cumplía esta tarea a la perfección, el Gobernador Militar Derecha consideraría adecuado confiarle encargos más importantes en el futuro.