A Jimmy se le hinchó el estómago de dolor al recordar su anterior viaje a Oskia.
Al tomar el micrófono, empezó a hablar sin parar sobre Nate, con detalles vívidos sobre su problemática visita a Oskia, y sacó su teléfono para mostrarles a todos todo lo que Nate tenía sobre ellos.
Fue como si hubiera detonado una bomba: había pruebas incriminatorias sustanciales sobre cada socio y Nate las tenía todas. Las demandas podrían valer millones, y si se le imputaban cargos, la pena sería la cárcel o una indemnización exorbitante.
Todos en la sala de reuniones estaban furiosos y maldiciendo a Nate a la vez, exigiendo una explicación; algunos incluso se abalanzaron sobre él, listos para una pelea a puñetazos.
Por lo tanto, Nate estaba tan frustrado como asustado.
De verdad creía que él y Jimmy habían llegado a un acuerdo y que incluso podría utilizarlo para entablar una amistad con Julien.
En cambio, le habían tendido una trampa, y ahora la situación se estaba descontrolando.
¿Cómo iba a s