Cuando Hannah escuchó que Wendy estaba dispuesta a ser la concubina de Charlie, ella se sintió ansiosa.
Ella dijo: “Wendy, ¿has perdido la cabeza? ¿Por qué tienes que ser la concubina de ese perdedor? ¡Él no es nadie para ti!”.
Wendy suspiró, y luego dijo en voz baja: “Madre, para ser sincera, Charlie no está mal. Él es guapo, responsable y tiene una buena personalidad. Él es mucho mejor que Gerald”.
“¡Ridículo!”. Hannah la fulminó con la mirada antes de decir: “¡Ese perdedor no es nadie para ti de ninguna manera!”.
Wendy sonrió con amargura: “En estos años, mi situación no puede ser peor. He pasado de ser un fénix a convertirme en una gallina”.
Al hablar de eso, Wendy no podía evitar sollozar: “Madre, mírame. Mi reputación ha desaparecido. Ningún chico se molestará en echarme una sola mirada...”
Al ver las lágrimas de Wendy fluyendo sobre su rostro, Hannah abrazó su cabeza en su brazo y la consoló: “Mi encantadora hija, no debemos pensar de esta manera. ¿Qué es la reputación? ¿N