CAPÍTULO 458

El joven no dejaba de ver a su prometida. Es hermosa desde cualquier ángulo y haciendo cualquier cosa, y ahora mismo estaba jugando con sus pequeños primos. Gideon jugaba con una rana de felpa frente a ella, mientras que ella cargaba a la pequeña Zola y esta trataba insistentemente de atrapar ese mechón de cabello sobre ella.

Aquella vista se había convertido en algo hipnótico en ese momento para él, pues hace un rato que estaba en la misma posición y con la misma expresión.

Luego de haber terminado la sesión de fotos para la campaña infantil ellos se ocuparon de cuidar de ambos niños, lo cual fue una suerte porque Verona insistía en ser ella la que los vigilara. No obstante, jamás dejarían que esa mujer se quedase sola con ellos sabiendo que estaba interesada en tenerlos para ella.

Al final ella desistió y dijo que volvería en otro momento para compartir algo de tiempo con sus nietos. Por supuesto que nadie se lo oba a permitir, si ellos llegasen a quedarse con los bebés y eliminar a
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