Vete no lo pienses…

La noche tenía un brillo especial, Isabella miraba el cielo desde el balcón del salón donde se había llevado la fiesta de graduación, estaba contenta al pensar en comenzar su pasantía en el hospital, y al mismo tiempo su tesis sobre la cirugía de los nervios que habían sido dañados, durante el año haría su estudio con la supervisión del doctor Lomelí y al termino podría presentarla, después su examen y al final tendría sus documentos para comenzar a trabajar, no podía desviarse de su meta, así que sería otro año sin tener en su lista de prioridades una pareja, un amor, no era que no la quisiera pero no tendría el tiempo para esa persona. 

-Al fin te encuentro- Osbaldo mostrando siempre aquella sonrisa que encantaba a las mujeres pero a ella no la hacía sentir nada, en sus manos traía dos copas de un líquido ámbar- muchas felicidades querida Isa- le dio una de las copas- quiero hacer un brindis 

-Muchas gracias Osbaldo- tomo la copa, la llevo a su nariz, por el olor pudo distinguir que era fuerte- pero yo no tomo- lo quiso regresar pero Osbaldo se quitó,

-Solo será un brindis, dame ese gusto- Isabella miro los ojos suplicantes de su amigo, que ya no tuvo manera de negarse

-Esta bien, brindemos, pero solo está- Osbaldo aceptó con una enorme sonrisa

-Brido porque seas una gran doctora y logres todo tus sueños y metas- Isabella agradeció por su buenos deseos, chocaron las copas, ella llevo los labios a la copa y solo le dio un sorbo,- espero que ahora ya me des otra oportunidad, quiero ser parte de tu vida Isabella, quiero vivir tus logros por favor acéptame como tú novio de nuevo- Isabella se tensó, hacia unos momentos pensaba en eso, no quería aceptarlo solo por compromiso, pensándolo un momento, nunca había sentido ningún cariño especial por él. Aún cuando era muy atento con ella no existía nada parecido a lo que sus amigas le había dicho que era estar enamorada,  

-Yo… Osbaldo- no encontraba las palabras para decir “no” sin herirlo, lo quería como un amigo pero no había otro sentimiento- mira…- puso su dedo pulgar en sus labios, 

-No digas nada medita tu respuesta- su mano le acaricio suavemente la mejilla, algo que sabía que no debía permitir- yo estaré fuera unas semanas y para mí regreso quiero saber tu respuesta- lentamente se acercó a casi darle un beso en la comisura de los labios- te amo Isabella…- ella abrió los ojos, no podía dejarlo ilusionarse con algo que nunca pasaría, era su amigo y quería que fuera feliz así que tendría que decirle ahora mismo que no y que mejor abría su corazón ha alguien más

-Osbaldo yo…

-Aquí estás hija,- Rebeca llegó a interrumpir- hay hijo estás aquí- ya veía a Osbaldo como su hijo, que haría lo que fuera para que su hija lo aceptará, ya el amor llegaría después- no vi a tus papás para saludarlos

-No vinieron, yo compré un lugar para estar cerca de Isabella- Osbaldo le mostró una enorme sonrisa, ya había visto que ella estaba muy contenta porque su hija le diera el sí- Rebeca te ves tan hermosa

-Hay hijo que mentiroso,- se rio tontamente Rebeca

-Ninguna mentira, Isabella saco su belleza- Rebeca tomo del brazo a su hija

-Muchas gracias hijo- miro a Isabella- si necesitas tiempo te recogemos más tarde- le guiño el ojo, Isabella no podía creer que su madre fuera así

-No Rebeca, de hecho me estoy despidiendo de Isabella, mañana muy temprano tengo un viaje- Osbaldo miro por último a Isabella- piénsalo por favor- tomo su mano con cortesía y la llevo a los labios- felicidades 

-Gracias Osbaldo, hasta pronto.

-Por favor cuídate mucho hijo- Rebeca se acercó a darle un abrazo y un beso- y yo te prometo que este tiempo lejos ella sentirá tu ausencia y al verte de nuevo te dirá que si- le susurro, al separarse un poco él le dio las gracias. Osbaldo dio media vuelta dejando a Isabella y Rebeca en el balcón- espero que en este viaje no se encuentre con alguien más y te deje de lado- dijo su madre al estar las dos solas

-Si eso pasa me dará mucho gusto- ya se había acabado la tranquilidad del lugar, entro al salón deseando que Osbaldo encontrará a alguien más, alguien que lo amará como se merecía

****

Felipe miraba a Andrea, al escuchar su pregunta se había quedado sorprendida, que temía que su respuesta fuera no, algo que tal vez era lo mejor. Un segundo después Andrea por fin artículo palabras;

-Claro que aceptó Felipe- Andrea se colgó de su cuello- me haces la mujer más feliz del mundo- sin esperar lo besó, a Felipe lo tomo por sorpresa, siempre había sido él quien tomará la iniciativa en un beso pero ahora era diferente, cerro los ojos para concentrarse en ella pero había algo que no dejaba del todo disfrutar el momento, al ir más profundo en el beso de Andrea faltaba algo, que ni el mismo sabía cómo explicar. Andrea estaba feliz, había logrado que el príncipe le pidiera ser su novia algo que no dejaría escapar ahora, 

-Andrea cariño- las palabras sonaron tan frías que esperaba que ella no lo hubiera notado- volvamos a la fiesta, 

-Si, querido hay que decirle a mi papá y a todos está noticia- antes de soltarlo le dejo el último beso- te amo mucho- Felipe solo sonrió.

Al ingresar de nuevo al salón de fiestas del palacio fueron a donde estaban sus padres conversando, al verlo venir Héctor noto una alegría inusual en su hija, y sonriendo con satisfacción esperaba la confirmación de sus pensamientos;

-Papá, mamá, primer ministro tengo algo que decirles- las tres personas centraron su atención en ellos, Eloísa miro las manos entrelazadas de los muchachos- le he pedido a Andrea que sea mi novia y ella acepto- su padre solo asintió con la cabeza, Eloísa se acercó a Andrea para felicitarla

-Es la decisión correcta hijo- Eloísa se acercó a su hijo que se podía ver qué dudaba que fuera la mejor decisión. El primer ministro casi podía brincar de alegría, aunque sabía que no sería muy bien visto, ya en casa festejaría.

El rey Ulises tocó con delicadeza la copa de champagne llamando la atención de todos los presentes, el sonido seso, todos lo miraban con una sonrisa.

-Primero que nada quiero agradecer su compañía, hoy mi reina está de cumpleaños, y quiero que todos sean testigos del regalo que le tengo preparado- dio dos palmadas era la señal para entrar, uno de los sirvientes traía en su manos un cojín rojo aterciopelado, y sobre el descansaba una caja verde al llegar hasta ellos el rey tomo el estuche- felicidades mi reina que cumplas muchos años más- no era bien visto que hubiera expresiones de cariño delante de todos pero la ocasión lo merecía, le dio un casto beso. Eloísa con el nerviosismo trato de abrir el estuche pero se le dificultó un poco, pero cuando por fin pudo se encontró un collar con doble hilada de perlas que estaban rodeadas cada una con esmeraldas que formaban un camino de hojas. Abrió mucho los ojos mientras deslizaba  el dedo debajo de una de las  hebras, haciendo que las brillantes perlas rodaran entre sus dedos.

-Es hermoso mi rey, muchas gracias- contuvo un poco las lagrimas de emoción, debía mantener su postura

-De nada, es una pieza especialmente hecha para ti- todos los presentes se volcaron en aplauso y ovaciones, 

-Madre también yo tengo un regalo- miró a Gerzon el fue con los sirvientes para que entrarán con la orquídea- es una orquídea para su nuevo invernadero madre, es una extraña flor que solo se da en la isla de Franco espero le guste

-Claro hijo es tan hermosa- miro la flor- muchas gracias- los presentes volvieron a los aplausos hasta que el rey volvió a tomar la palabra

-Está noche también vamos a celebrar el recién noviazgo del príncipe Felipe y lady Andrea, les deseamos mucha felicidad y que sean felices- Felipe sonrió con moderación, agradeciendo las muestras de cariño de todos los presentes. Andrea se sentía volando este noviazgo era solo un paso más cerca de ser la reina de Tegmenï.

****

-¿Mañana vendrás a verme?- Felipe la acompañó a casa, Andrea se aferró a su cintura, ahora que eran novios tendría que ir con él a algunos eventos, eso la tenía emocionada. Pensando en los nuevos vestidos que tendría que ir a comprar o m****r hacer

-No cariño, de hecho en la semana no estaré en Tegmenï- Andrea se separó un poco al escuchar esas palabras- voy a salir a buscar médicos especialista para el hospital, pero estaré de vuelta muy pronto

-No sabes cuánto te voy a extrañar querido- se acercó a su cuello- pero si me das un buen recordatorio tal vez te extrañe menos- con una sonrisa Andrea tomo su mano, Felipe se dejó guiar, entrando en una habitación oscura que no era usada, lo llevo hasta una cama, y aventándolo a ella, con movimientos lentos se fue quitando el vestido de noche que llevaba quedado solo con sus bragas y sostén- ahora querido príncipe seré toda suya- se acercó sentándose sobre él, Felipe puso su manos en su cintura sintiendo su suave piel ella se acercó a besar su labios que el respondió, Andrea fue quitando una a una las prendas de él hasta tenerlo desnudo, sus manos subieron por su bien formado torso, era todo un adonis que no tenía dificultad en estar con él en la cama. Felipe beso su cuello, sus manos subían por la espalda para quitarle el sostén negro, dejando unos pechos generosos frente de su rostro, sus labios besaron cada uno, Andrea al sentir las pequeñas mordidas de él sobre su pezón soltó pequeños gemidos, sus caderas se movían sobre las de él provocando cada vez más su deseo. Felipe dejo su espalda para bajar con sus manos la última barrera que impedía tomar a Andrea. Ella se aferró a su caderas cuando sintió su masculinidad en su entrada, con un movimiento rápido entro en ella, Andrea soltó un grito al sentir su miembro, comenzó un vaivén de sus caderas mientras él besaba en medio de sus pechos, ella subía y bajaba sintiendo como tocaba su punto que le provocaba más placer, realmente era el mejor amante que había tenido en su vida. Minutos después ella llego al clímax, temblando sintió con él seguía con  sus movimientos, de pronto la levantó retirándola de él por completo, y Andrea vio como el llegó a su clímax, dejándose caer sobre su espalda en el colchón Andrea se acercó a su lado besando su pecho- espero que con esto no me extrañes querido- el no respondió solo la besó, mientras su mano acariciaba su pierna. No tardaron en ponerse la ropa, estaban en una habitación de la casa de ella y no era bueno que alguien los encontrará ahí- buenas noches mi amor

-Buenas noches- le dio el último beso de la noche. Felipe regreso en al auto había estado bien pero solo había sido sexo, no había ningún sentimiento por ella, “pero puede que nazca algo ¿no?”. 

Al entrar Héctor esperaba a su hija con una copa de brandy

-Muchas felicidades hija- Andrea corrió a los brazos de su papá, 

-Gracias papá, te prometo que pronto seré la princesa de Tegmenï- Héctor comenzó a imaginarse todo lo que tendría con ese matrimonio, tendría poder, dinero y sería un hombre con mucha influencia, sería el futuro suegro del príncipe o del rey, y su nieto sería en sucesor al trono

-Ahora por ningún motivo te alejes de él, plática las cosas de sabemos que le gusta, no quiero que venga otra y te quite lo que te corresponde- desde muy chica su padre le había hecho conocer todo de Felipe, para que él cayera más fácil

-Tranquilo papi lindo- camino por la estancia- te prometo que comprometeré a Felipe para lograr que pronto ser la princesa de Tegmenï

-Y lo harás, de eso no me cabe la duda- beso su frente- ahora ve a descansar, descansa

-Si, buenas noches- Héctor vio irse a su hija, 

-El señor está contento ¿verdad?- una voz salió de las sombras

-Claro, todo está saliendo como lo planee ahora solo necesito que el príncipe se case con mi hija, ya después vendrá la segunda parte de mi plan

****

-¿Como te fue Felipe?- Felipe había despertado muy temprano había ido a  cabalgar antes de irse a Madrid , por la noche se había ido a la cama con la imagen de Andrea y el juntos, el cuerpo de ella era hermoso y suave, pero había faltado algo para que fuera perfecto.

-Muy bien, ¿ya sabes no?- León asintió, era la gran noticia por todos lados, que lady Andrea y el príncipe estaban juntos

-Se que lady Andrea es tu novia, pero me refiero a ti ahora como te sientes- su amigo lo conocía muy bien, caminaron juntos a las caballerizas.

-Me siento vacío, como me gustaría no ser el príncipe de Tegmenï, no ser observado por todos para encontrar algún defecto, y hacer lo que yo quiero no lo que tengo obligación- todo los soltó deprisa, como si se estuviera liberando- o lo que esperan

-Pues hazlo, escápate un día y has lo que tanto quieres- Felipe lo miro como si estuviera loco, ¿como haría eso?, No negaba que lo había pensado pero como lograba eso, dejaron a Fugaz es su lugar, Felipe vio al nuevo potrillo

-Aquí esta príncipe- Gerzon llegó corriendo, Felipe miro a León diciéndole que no tenía oportunidad- necesitamos salir al aeropuerto para su viaje y aún usted no está listo, vamos señor

-Nos vemos León- le dio un trozo de zanahoria al potrillo antes de irse- cuídalo mucho

-Claro Felipe disfruta tu viaje- Gerzon lo miro con reprimenda como tenía esas confianzas con el príncipe.

****

Felipe se bajo del avión que tenía el emblema de su reino, ya una limusina lo esperaba, con total prisa Gerzon lo hizo entrar, por la ventanilla iba viendo las calles, aquí nadie le hacía reverencia, para nadie el existía en ese lugar, 

-Tenemos reunión con el doctor Ricardo Lomelí, el mejor neurocirujano de el hospital San Isidro, después tendrá un tiempo en el hotel para descansar- ahí estaba de nuevo su control- después tendrá una cena con el director de la universidad de ciencias médicas de Madrid, el podrá darle algunas referencias de los nuevos profesores entre otras cosas

-¿Cuántos días vamos a estar aquí?- no podía tomarla como vacaciones porque su agenda tal vez estaría llena yendo de un lado a otro buscando a médicos especialista que faltaban en el hospital de su país

-Tal vez una semana, los días siguientes iremos al hospital del centro ahí se podrá entrevistar con un cardiólogo, un pediatra y un excelente oncólogo- pronto el vehículo llegó al hospital de San Isidro, las personas de seguridad ya estaban por fuera esperando cuando bajará de la limusina, aún pensando en la idea de León como haría para desaparecer sin que ellos lo vieran, eran como perritos que podían saber dónde estaba su hueso, ósea él. Entraron al hospital gracias a Dios no había protocolos, fueron a la recepción donde Gerzon pregunto por el doctor Ricardo Lomelí. La recepcionista le contesto con mucha amabilidad, sin dejar de ver a Felipe, que se veía muy bien con su traje negro, 

-Es por aquí príncipe, ya el doctor nos espera- Felipe saludo por cortesía a la joven, al verlo irse soltó una risita tonta, era tan guapo, de pronto se desvaneció su emoción

-Lupita ¿Qué sucede?- Isabella llegó al hospital, quería ver al doctor Lomelí quería proponerle que fuera su maestro de tesis- ¿Por qué tanta seguridad?

-Hay doctora, vera- la hizo que se acercará más para hablar en susurro- llegó un príncipe y ahora debe estar con él doctor Lomelí- se mordió el labio- pero doctora si lo viera le aseguro que caería a sus pies es tan guapo, y es un príncipe de carne y hueso- Isabella solo pudo reír de su amiga, para ella todos eran muy guapos

-¿Va estar ocupado el doctor Lomelí?- Lupita asintió, Isabella movió la boca al lado derecho, no podía esperar mucho tiempo,- y mañana tendrá un tiempo 

-Si, creo hasta la tarde, ¿quieres que le diga algo?- miro la agenda que tenía del doctor, su secretaria estaba de incapacidad así que por el momento ella llevaba sus citas

-No Lupita, ya mañana vengo.

***

-Doctor Lomelí se muy bien que usted es el mejor en esa rama por eso hemos venido a proponerle un excelente trabajo en nuestro hospital en Tegmenï- el doctor abrió los ojos, nunca había pensado en dejar el hospital, pero era tentadora la oferta- le aseguro que tendrá el mejor equipo médico, de hecho el director del hospital está en negociaciones para adquirir unas manos robóticas para cirugías que necesiten mayor precisión, y usted podría usarla

-De verdad me alaga su propuesta, pero no puedo dejar así como así el hospital- pensó en su casi hija, para ella sería muy bueno estar en un hospital así, para aprender más- si aceptará podré llevar a una asistente, es una estudiante que está por recibirse de doctora y es excelente en lo que hace - Felipe pensó, lo que necesitaba era manos así que no estaría mal

-Claro, puede llevar a su familia

-No tengo familia, príncipe Felipe pensaré su oferta,- estrecharon sus manos

-Muchas gracias doctor, no ocupo más de su tiempo.

***

Gerzon después de la visita del hospital había cumplido y le había dejado la tarde libre, se había acostado en la enorme cama, cuando llegó un mensaje

“Te extraño querido, besos” era Andrea, desde que había salido de Tegmenï no había pensado en ella, ¿que novio hacía eso? 

“Yo también, besos” contesto mecánicamente, se levantó de la cama dejando el celular a un lado, fue a la ventana mirando el movimiento de las personas y los vehículos. Pensando en las palabras de León, ¿Por qué no te escapas un día?, Tal vez tendría la oportunidad ahora.

Camino decido a la puerta y la abrió un poco, no había nadie, miro de nuevo la habitación, se tocó sus bolsillos, no tenía ni una moneda, miro su reloj, su camisa, tenía que conseguir ropa para pasar desapercibido- lo que tengo lo puedo cambiar por algunas cosas mientras consigo algo- pensó en su amigo León que haría él si estuviera aquí

-Vete no lo pienses- sonrió se iría a vivir un tiempo su vida, ya después se comunicará con sus padres para decirles que están bien pero que necesitaba un tiempo, casi corriendo bajo por las escaleras de emergencia, al llegar a la parte baja se encontró con un muchacho que tenía su misma complexión, y dándole sus gemelos de oro con una esmeralda le pidió un cambio de ropa, el muchacho de inmediato le dio el cambio, gracias a Dios ese día lo llevaba al trabajo, Felipe al ver la bicicleta también la pidió, el joven no se negó, con los gemelos tendría para comprar otra y mucho mejor. Felipe se cambio con su nueva ropa, se puso una cachucha negra con un zorro, al poner un pie fuera del hotel respiro hondo el aire de Madrid, por primera vez estaba feliz y se sentía libre… 

-Príncipe es hora de cambiarse tenemos la cena en…- Gerzon se quedó mudo al ver la cama sola, tocó la puerta del baño, pero no obtuvo respuesta- príncipe Felipe- lo llamo pero no había nadie en la habitación, tomo su celular para marcarle pero el aparato comenzó a sonar ahí, abrió los ojos, volvió a revisar la habitación queriendo encontrar en cualquier rincón al príncipe pero no estaba, salió a buscar a la escolta tenía que buscarlo por todos lados, antes de llamar al rey….

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