Obligación

Te lo digo Andy querida debes hacer todo para comprometer al príncipe Felipe contigo- su hija se estaba dando el último toque a su maquillaje discreto tenía muy claro que su padre haría cualquier cosa por hacerla feliz y si el decía que tenía que casarse con el príncipe pues lo haría porque era su felicidad.

-No te preocupes papi lindo- sonrió con malicia- te aseguro que antes que acabe este año yo seré la prometida del príncipe

-Eso mi niña, te pareces tanto a tu padre que estoy seguro que harás todo para hacerme feliz- le dio un efusivo abrazo- ya llegaron por ti, sonríe princesa- por último le dio un beso el la frente- así muy linda,

-El príncipe Cáliz ha llegado- el fiel mayordomo de la casa del primer ministro anuncio la llegada del príncipe Felipe padre e hija sonrieron con complicidad

-Hazlo pasar- Héctor tomo su copa de vino

-Como diga señor- el hombre muy fino en su forma de andar salió de la habitación. No tardó mucho en ingresar Felipe con total caballerosidad

-Príncipe es un gusto tenerlo aquí en su humilde casa, desea tomar algo antes de irse- Héctor Ubach sonrió con agradó al joven príncipe

-No sé moleste Héctor, pero creo que debemos ir ya a la fiesta de la hija del conde St Cruz- miro a Andrea que sonreía feliz, sus ojos azules brillaban solo al verlo- primer ministro nos permite

-Claro, diviértase- tomo la mano de su hija para dejarla en la manos del príncipe. Andrea con una enorme sonrisa tomo la mano enguantada de Felipe

-Príncipe es un gran honor ser su acompañante- Andrea hizo una pequeña genuflexión, Felipe le devolvió la sonrisa, Andrea era una mujer bella, y no dejaba ninguna duda esa noche, llevaba un vestido de color pastel, habitual en las señoritas solteras, tenía un escote en V, que dejaba ver un poco su pecho, para Andrea no paso desapercibida la mirada de él, aún cuando era discreto su vestido la hacía lucir a la perfección su cuerpo

-Para mi es un honor que usted me acompañe señorita Ubach- tomo con galantería la mano que le ofrecía para dejar un pequeño beso- es hora de irnos. Andrea se despidió de su padre, que los vio salir por la gran puerta de su casa.

Como todo un caballero le ayudo a subir al auto que los llevaría a la casa del conde St. Cruz

-Príncipe lo siento cansado espero que su día no fuera tan agotador- descaradamente poso una mano sobre su muslo, Felipe se tensó un poco pero dejo que ella hiciera esa sutil caricia,- si desea yo puedo ayudarlo a relajarse- peligrosamente esa delicada mano subió un poco más. No era un hombre inocente, y comprendía que muchas mujeres quisiera tener una relación más allá, lo que no esperaba que fuera la hija del primer ministro fuera así

-Seria un placer señorita Ubach, pero será en otro momento- miro al frente- porque hemos llegado- Andrea se acercó un poco a su rostro

-Lastima, que tenemos que cumplir con esta fiesta, si no yo le hubiera pedido que me llevará a un lugar privado- le susurro dejando un beso cerca de su oído, el cuerpo de Felipe reaccionó, tenía algunos meses sin tener esa clase de intimidad. Ninguna mujer había logrado satisfacerlo, tomo la mano de Andrea que estaba muy cerca de su masculinidad

-Le ayudo- al bajar del auto Andrea acepto el brazo de Felipe para entrar entre los flashazos de los periodistas, todos querían unas palabras de Felipe sobre todo saber su ya había una relación formal con lady Andrea Ubach. Pero caminaron directamente a la entrada, solo saludando con cortesía a todos, Felipe no tenía intención de anunciar algo que aún no sucedía, aunque tarde o temprano lo haría oficial, Andrea Ubach era la mujer más hermosa del reino. Al paso de ellos por el lugar no faltaba que las personas cuchichiaran de la hermosa pareja que formaban, que ella sería digna para ser la reina de Tegmenï

-Sea bienvenido príncipe Felipe- se acercó el conde St. Cruz- es un honor contar con usted en esta humilde fiesta y mi hija está agradecida de que usted le conceda un baile

-Para mi será un honor Conde St. Cruz- miró a Andrea- si me acompañante me permite

-Claro príncipe- Andrea sonrió mirando al conde- me quedaré en excelente compañía

-Muchas gracias lady Andrea, puedo llevarla a su mesa mientras el príncipe Felipe baila con mi hija- la hija del conde sonrió, tendría el privilegio de estar en los brazos fuertes del príncipe Felipe, al tomar su mano enguantada el color de sus mejillas se tornaron de un carmesí sutil. Con gentileza Felipe la llevo al centro de la pista, y de pronto el cuarteto de cuerdas comenzó el segundo vals de Shostakovich y con destreza como le habían enseñado bailo con perfecta elegancia, la muchacha sentía que estaba en el cielo con solo estar entre los brazos de Felipe. Al terminar el vals Felipe escoltó a la muchacha de nuevo junto a sus padres que estaban felices de que su hija hubiera tenido el honor de bailar con el.

-Príncipe usted baila de maravilla, espero que la noche no terminé si que usted me invite a bailar- Andrea volvió a tomar a Felipe del brazo que sonrió, era otra de las cosas que tenía que agradecimiento a sus padres.

La fiesta se llevó sin ningún contratiempo, Andrea no soltó el brazo del príncipe y lo acaparó en la pista de baile, haciendo saber que ella sería la que ganaría el corazón del príncipe.

--Príncipe vamos a un lugar más discreto- durante el último vals Andrea se le había insinuando- quiero mostrarle algo

-Lady Andrea sería un gusto pero creo es hora de regresar a casa- Andrea sonrió mordiéndose el labio

-Me gusta vamos a casa- Felipe y Andrea salieron al auto que los esperaba, esa noche llegaría un poco más tarde al palacio.

Al día siguiente se levantó un poco tarde, una vez a la semana, la primera reunión del día la tenía al medio día;

Te ves muy bien hijo- Eloísa su madre veía detenidamente las fotos de sociales, en especial donde salía Felipe junto con Andrea- que bueno que tú acompañante fuera Andreita, que es un encanto, y tan decente- Felipe se atragantó con el sorbo de café, gracias a Dios esa mañana había podido desayunar tranquilamente junto a sus padres.

--Si, es perfecta Felipe para desposarla- hablo su padre tomando la mano de su reina- creo que es hora de que pienses formalmente en casarte, y creo que lady Andrea es perfecta para ti, se conocen toda la vida, y no creo que en todo el reino haiga una mejor muchacha

-Tal vez tengan razón, pero creo que sería importante que yo sintiera algo por ella ¿no creen?- sus padres se vieron a los ojos, los sentimientos no eran importantes en sus clases, solo el buen nombre y la posición de las familias

-Felipe el amor viene después, mira a tu padre y a mí- tomo la mano de su esposo- nosotros sabíamos que era lo mejor casarnos como todos lo pensaban, era nuestra obligación para nuestras familias y ellas lo querían así que lo hicimos y míranos aprendimos a querernos- se acercó a darle un beso en la mejilla- y somos felices

-Muy cierto cariño, el amor viene después- tomo al delicada mano de su esposa- he aprendido a amar a tu madre y ella a mí, y sabíamos muy bien que este matrimonio era lo correcto

-Pero yo quiero que me amen por mi, no casarme por obligación- sus padres soltaron una carcajada,

-Todos te aman Felipe por ti- dijo su madre- ahora piensa muy bien como le pedirás a Andreita que sea tu novia…

***

¿Cómo te fue mi niña?- Andrea bajaba de su habitación, traía en su rostro una sonrisa de oreja a oreja

--Muy bien, que digo bien me fue de maravilla- dio una vuelta en el mismo lugar- te aseguro que a todas les ha quedado claro que Felipe será mío y de nadie más

--Perfecto mi futura reina, ahora ve preparándote para la próxima semana será el cumpleaños de nuestra reina Eloísa- con una servilleta se limpio las comisuras de los labios al terminar de tomar el café- me iré a trabajar, te dejo el dinero para tu vestido, quiero que seas la mujer que más brille ese día

-No podría papá, ese día la reina debería ser la protagonista- Héctor considero sus palabras, se acercó a darle un beso en la frente

-Tienes razón, si estuviera tu mamá con nosotros, se sentiría orgullosa de ti- Andrea puso los ojos tristes, en momentos como ésos como le hacía falta ella- nada de ojos tristes, hace un momento tus ojos brillaban como el cielo y así quiero que sigan

-Si papá- medio sonrió- voy a sonreír, pensando que Felipe y yo nos casamos- junto sus manos de una manera soñadora

-Así se habla, me voy- volvió a besar la frente de su hija- hasta la tarde hija

-Hasta la tarde papi lindo- al ver salir a su padre no pudo evitar de nuevo recordar a su mamá, había muerto una mañana de otoño, en casa junto a su familia, aún cuando Héctor había echo todo lo que estuvo en sus manos no había logrado salvarla, cinco años antes le habían detectado un tumor muy cerca del cerebelo, un lugar muy difícil de operar. Habían ido a muchos países buscando otras opiniones pero todas les decían lo mismo, si llegaba a salir de la cirugía podría tener secuelas graves o morir en la sala de operaciones. Los últimos años Héctor hacía de todo para complacerla, la acompañaba a sus citas medicas solo para que fueran lo mismo. Y una mañana nunca más volvió abrir sus ojos que eran los mismos de ella, Andrea tenía los ojos grandes y brillantes color azul celeste- como te extraño mamá- soltó una lágrima

***

-Buenos días hija- una mujer de cabello negro como el de su hija acomodaba el pequeño florero con las flores que Osbaldo le había dado a Isabella- ¿como dormiste princesa?

-Muy bien, y por favor no me digas princesa- su madre medio sonrió- ¿y mi papá?

-Fue a trabajar solo unas horas- dejo las flores para sentarse junto a su hija- y dime ¿ya vas a volver con Osbaldo?- Isabella casi podía ver como los ojos de su madre brillaban, siempre había querido que ella estuviera con él, y simplemente por el dinero que tenía su familia

-No, y no pienso hacerlo, él es bueno pero hay un problema- su madre abrió los ojos ya sabía a dónde iba- no lo amó, no siento nada cuando estoy cerca de él, solo un gran cariño pero no lo amó

-Hay tu siempre tan cursi, el amor no compra comida, no paga facturas el amor es algo inservible- Isabella miro con tristeza a su madre- el dinero es lo importante para escoger a alguien, era el pensamiento de Rebeca.

-¿Tu te cases con mi papá por interés?- su madre la miro directamente a los ojos, Isabella temía la respuesta, siempre los había visto muy bien juntos, podía decirse que estaban enamorados, si todo era mentira su mundo se podía venir a bajo…

-No, yo lo amo y con él he encontrado la estabilidad que necesito, pero tú- acarició su cara suavemente con mucho cariño- te mereces tener todo, eres bella con esos ojos tan misteriosos que heredaste de mi mamá, cualquier hombre sería feliz de tenerte pero no cualquiera es merecedor de tu amor y hasta ahora solo he conocido a Osbaldo que mi corazón de madre dice que es el indicado- Isabella negó con la cabeza, para ella el corazón era un órgano sin sentimientos, dudando lo que su madre decía

-Ya me voy, tengo que hacer unas cosas- su madre quiso decirle algo más pero Isabella no quería escucharla, la verdad era que nunca podría creer en el amor a primera vista, sentir esas mariposas en el estómago cuando vieras a esa persona especial o que te temblarán las piernas y sonreír como tonta al estar enfrente de esa persona, a ella nunca le había pasado y dudaba que le sucediera, además el amor era un sentimiento que se tenía que hacer germinar, tal vez debía darle la oportunidad a Osbaldo de nuevo- no Isabella, concéntrate en ser la mejor neurocirujana- se estaba viendo en el espejo, era algo que hacía habitualmente- ya después vendrá el amor- tomo su bolsa para salir a la biblioteca, necesitaba leer un poco de su tema favorito la medicina.

***

Felipe estaba analizando las palabras de su madre, tenía una responsabilidad con el reino y debía cumplir y que mejor día que en la fiesta de cumpleaños de su mamá. Escribió una pequeña nota a Andrea pidiendo que fuera su compañía esa noche, Andrea al leer se emocionó que de inmediato le respondió, al ver la respuesta de ella soltó un suspiro, ya había dado el paso y no habría vuelta atrás

-¿Qué hace príncipe?- llegó León palmeando su espalda

-Ya te he dicho que no me digas príncipe, soy Felipe- era el único que aparte de sus padres lo llamaba de tu y nunca temía decirle las cosas- y ¿como va la yegua?

-Ya nació el potrillo, ahora solo falta que le pongan nombre- Felipe sonrió sin muchas ganas, pensando en su futuro- ¿y tú qué tienes? Parece que te tienen tomado de ciertas partes

-Casi, hoy voy a pedir a Andrea Ubach ser mi novia- León chifló, nunca había pensado que el sintiera algo de interés por ella

-¿Y por qué no estas contento?- Felipe miro los pastizales de la colina donde iba a pensar

--Por que no siento nada por ella pero debo cumplir con mi deber- León lo miro siempre haciendo lo que los demás querían y esperaban sin tener el derecho de decidir, era algo que nunca le había enviado a su amigo- para mis padres y el reino ella es la indicada

-¿No te gusta ni tantito?- Felipe meditó las palabras de su amigo, si le gustaba era una mujer muy bella y atractiva, y el día de la fiesta del cumpleaños de la hija del conde había estado juntos y habían tenido una gran conexión, pero no sé podía ver con ella por años, hasta que la muerte los separarse

-Me gusta, a quien no, pero no siento nada, la quiero pero no puedo decir que me he enamorado de ella- León lo escucho, por primera vez quería que su amigo se enamorará, y fuera feliz- tal vez eso venga después, con el trato diario me pondré enamorarme de ella

-¿Y si no pasa?

-Pues tiene que pasar, porque eso es lo que esperan de mi- y volvía a lo mismo, Felipe siempre poniendo su felicidad en segundo término para hacer feliz a sus padres- gracias León por escucharme, ahora me tengo que preparar para esta noche

-Felipe antes de que te vallas te puedo dar un consejo- Felipe asintió y sin pelos en la lengua- porque no te escapas, porque no vives tú vida como tú quieras, por un tiempo

-No sabes cuánto deseo hacer eso, pero ¿como? Si…- de pronto llegó Anton

-Príncipe es hora- Felipe miro a su amigo de forma burlona

-Ves lo que te digo- León sonrió, con tanta gente a su alrededor sería imposible hacer los que tanto había soñado.

****

Andrea estaba nerviosa, sus manos no dejaban de sudar, movía sus piernas, mientras la peinadora le hacía un recogido para la fiesta del cumpleaños de la reina, yendo con su papá sabía que en esta ocasión no podría ser más descarada con el príncipe, se veía el espejo antes de salir, se veía muy bien, y eso era lo que quería para que fuera una excelente noche.

-Tranquila, si el príncipe Felipe te invito al cumpleaños de la reina como su acompañante vamos por un buen camino- Andrea sonrió a su papá, era lo único que tenía y no quería defraudarlo; tenía que hacer que Felipe la hiciera su novia, ya más adelante sería su prometida y después la reina de Tegmenï- así sonríe que casi llegamos- le dejo un beso en la frente- te vez hermosa mi futura reina

-Gracias papá, te quiero mucho- tomo su mano, y en señal de respeto le dejo un beso en el dorso de su mano- espero hoy sea el mejor día de mi vida

--Y lo será- miro al frente, el auto había entrado por el camino de gravita que conducía directamente a las puertas del palacio- solo mira esto y piensa que pronto todo esto será tuyo, porque Felipe debe cumplir y no hay nadie mejor aquí en el reino que tú y eso lo saben muy bien los reyes- el auto detuvo su marcha al estar el frente de tres escalones que eran parte de la fachada de elegancia del palacio real, como costumbre el cumpleaños de la reina era día de descanso, y todos los habitantes tenían que hacer llegar a la reina un presente, aún cuando fuera pequeño.

-Sean bienvenidos- un lacayo vestido con ropas de gala abría la puerta del auto. Héctor salió primero mirando con codicia el lugar, su sueño siempre había sido ser parte de la familia real y ahora su hija tendría esa oportunidad. La mano delicada de Andrea se posó en la mano de su padre que sonrió de lado

-Recuerda, todo esto será tuyo- lo tenía muy claro y nadie podría quitarle su lugar.

Felipe al ver entrar Andrea de inmediato fue hacia ella, tomo su mano que con galantería la llevo a sus labios

-Disculpa por no ir a recogerte pero me surgió un problema- se disculpó primero, mirándola bien, era guapa, con un cuerpo firme, y si tenía el porte para ser la reina- te ves realmente hermosa hoy Andrea

-Gracias príncipe, pero no sé disculpe comprendo sus razones, además mi padre vendría de todos modos- Felipe extendió la mano al saludar a Héctor

-Primer ministro, si me da permiso de llevarme a su hija a bailar- Héctor muy complaciente asintió con la cabeza. Los dos caminaron entre las personas que estaban reunidas para celebrar el cumpleaños de su madre, para ya nadie había duda que el príncipe ya hubiera tomado una decisión, las muchachas solteras que aún albergaban alguna esperanza se vino a bajo cuando vieron a Felipe del brazo de Andrea; y ella mirándolas a todas con altivez y triunfo. La fiesta se desenvolvió como estaba previsto, todo saliendo perfectamente, Felipe tomo aire, y por última vez vio su reloj, sabía que ya tenía que hacerlo

-Me acompañas- Andrea comenzó a sentir como su corazón se volvía un auto a toda velocidad

-Si príncipe yo iré con usted a dónde me pida- Felipe camino a una estancia donde su madre tomaba el té con sus visitas. Ya estando totalmente solo y en total privacidad respiro hondo

-Andrea he pensado esto por varios días y he decidido algo que corresponde contigo- los ojos de Andrea brillaron, si estaba pasando, por fin subiría un escalón más

-Dígame- Felipe negó con la cabeza

-Dime Felipe,- tomo sus manos, si eran manos muy bien cuidadas, tan suaves

-Como digas Felipe- su nombre lo dijo lentamente, de una manera más sexual- que quieres decirme

-Aceptas ser mi novia…

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