Axel Vega Lazcano
León, Guanajuato, México
Días después de lo que se supo en el despacho, Mauricio me llamó y me dijo que fuera para que firmara de manera definitiva todo el papeleo de la disolución de la sociedad. Sentía feo ir a hacer aquello, pero algo era seguro que ya no había marcha atrás y que yo tampoco quería que la hubiera. Yo quería que mi mujer se sintiera feliz a mi lado y segura del amor que le tenía y desde que se supo lo nuestro yo me encargué de amarla y de consentirla más cada día.
–Amaia, mi amor – La tomé en mis brazos – Te amo cariño, vamos a desayunar algo y me acompañas.
No quería separarme de mi mujer, la amo y todos los días le voy a demostrar cuánto es mi amor por ella, ninguna sociedad, ninguna amistad, ni nada podrá contra esto que sentimos los dos.
–Sí, mi amor, yo voy contigo a dónde tú quieras – Respondió – Pero, acuéstate un rato más conmigo, por favor.
Yo tampoco quería separarme de ella, de eso lo teníamos muy claro, cualquier distanciamiento que hubi