Todos se miraron, tenían a la mujer que se había llevado a April, pero ella había dicho que no sabía en dónde estaba la niña, ¿podría ser eso cierto?
— ¿Qué hacemos con ella? — Preguntó Patrick.
Todos miraron a la distancia hacia Rosalyn, quien ahora lloraba con más ganas y dramatismo.
— Seguiré insistiendo y si mi madre me apoya, la seguiremos presionando hasta que hable… — Afirmó Albert.
— Claro, hijo. — Isabella se irguió, preparándose.
— Uh, yo también quiero ayudar, puedo ser tan persuasiva como mi madre… — Se ofreció Marianella.
— ¿Persuasiva?, creo que de hecho ahora le tengo un poco de miedo a mamá… — Comentó Patrick.
— Debo admitir que Máximo te ayudó a sacar todo tu potencial, prima… — Aiden le sonrió a Isabella.
— Bueno, bueno… No es algo que me plazca hacer y espero que no aprendan, pero considerando las circunstancias…
Isabella miró significativamente a su hijo, Albert, quien asintió para darse la media vuelta y volver con Rosalyn, más atrás lo siguieron su madre