EXTRA IX. ¿QUIÉN ES LA MERETRIZ AQUÍ?
BEOF
—¿Te vienes dentro de todas las prostitutas que conoces? —al fin me respondió con otra pregunta un tanto extraña.
Su voz baja, vibrante, segura, me encantaba.
Nos miramos fijamente y juraría que veía algo de reproche en el fondo de sus ojos.
—No, de hecho, no acostumbro a hacerlo, pero contigo lo haré. ¿Eso es acaso un problema? ¿No usan aquí esas pócimas para evitar tener cachorros? —fruncí un poco el ceño, de verdad esperaba que me dejara correrme en su intimidad, no creía poderla sacar a última hora.
Se quedó pensativa.
Comencé a poner un poco ansioso, sobre todo cuando bajó la mirada a mi vara que ya hacía una carpa familiar sobre la bragueta.
“Por favor no me rechaces, maldit4 sea, no me rechaces”, me encontré incluso suplicando en mi mente.
Su pequeña mano bajó a explorar y la dejé, al final me la iba a ver. No era algo que pudiese modificar.
Más valía un dolor rápido a uno lento, si me decía que no, que lo hiciera ahora.
Fue la primera vez que sentí que tocaría fondo e