35. SOMOS UNOS PORDIOSEROS
NARRADORA
Lyra se levantó acomodándose la ropa y mirando a sus ojazos confundidos.
Aguantó las ganas de reírse en su cara.
Su pie descalzo se estiró, pasando los dedos sobre el miembro expuesto de su hombre, acariciándolo de arriba abajo y haciéndolo vibrar.
—Si te sigues portando así de bien, quizás te dé más regalos cuando lleguemos a esa manada —le sonrió con coquetería, resistiendo sus propios deseos.
Drakkar tragó en seco observando su espalda alejarse a prender el fuego; el olor de su sexo mojado lo llenaba de lujuria y algo más salvaje.
Tocó su pecho donde el lazo con su lobo se retorcía, liberando los nudos y ataduras.
El pensamiento de que tendría que separarse de ella, lo sumergía cada día en más miedos, en ideas locas de retenerla a su lado, de engañarla para no llevarla a su casa.
Se levantó caminando con prisas hacia el río; necesitaba despejar su mente y de paso bajarse la soberana erección que llevaba.
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Con los dos grupos unidos, el camino hacia la manada fue tranq