298. EL MAESTRO DE UNA INOCENTE DEIDAD
NARRADORA
Ambos giraron la cabeza al unísono para ver al salvaje despreocupado, casi desnudo, que entraba sin enterarse de nada.
O más bien, se pasaba por el taparrabos todos los protocolos.
—Drakkar, ¿qué sucede? —el Lord frunció el ceño sin comprender.
—Llevaré a Lyra a tu fortaleza, me quedo unos días en tu casa para que cumplas tu palabra —Drakkar se detuvo en la entrada.
Su cabello azabache caía ondeado más abajo de sus hombros y esos ojos medianoche lo miraban fijamente.
Dracomir de repente tuvo un mal presentimiento.
—Claro, pueden quedarse el tiempo que deseen. Pero, ¿cómo puedo recompensarte por tu ayuda?
Le preguntó con curiosidad.
¿Qué quería de él este hombre increíble que estaba dispuesto a abandonar el cielo por amor?
—Tengo muchas dudas, la primera de ellas, ¿cómo se cría un cachorro de lobo? —Drakkar disparó sin advertencia.
—¿Qué? —Dracomir casi se atraganta con su propia saliva.
Escuchó un sonido raro y cuando miró hacia su suegro, en vez de estar como siempre, con e