276. ¿SALVACIÓN O TRAMPA?
NARRADORA
Mérida salió del interior de la casa con un farol colgando de sus viejas manos y, al verlos en las condiciones en que estaban, llenos de heridas, suciedad y sangre, abrió los ojos con asombro.
—¡Por todos los cielos!, ¿qué les sucedió a ustedes? —Se acercó a examinar a Sigrid.
Su piel estaba caliente, temblaba y sudaba con los ojos cerrados, pasando un gran dolor, luchando constantemente contra Electra.
—¡Necesito que cures a Sigrid con tus hierbas! ¡CÚRALA YA! —Silas rugió descontrolado, con todo un manto de oscuridad a su alrededor, a punto de salirse de las ataduras de la cordura.
Estaba pidiendo ayuda a una curandera elemental cuando, con su magia, él mismo podía sanar las heridas.
Pero sabía que no podía mantenerla dentro del cuerpo de Electra.
No sabía cómo hacer esa magia; solo conocía destruir y luchar. No era un mago real ni tenía esas habilidades.
—Tranquilo, tranquilo… No la alimentes aquí, es muy peligroso, mejor métela en la ca…
Las palabras de Mérida se qued