NARRADORA—¡Wao, qué hermoso! —la vista del lago era espectacular, rodeado de montañas y un bosque espeso.Era un sitio bastante agradable y tranquilo.Algunos se arrojaron sobre la hierba, cansados de desandar el día entero, y otros fueron a buscar agua fresca para sus gargantas.Drakkar bajó su preciada carga de la espalda, sentándola sobre una piedra.—Lyra, ¿te duelen las piernas? —le preguntó, mirando angustiado a algunas partes donde su piel se había enrojecido por el sol.Lyra estaba más dulce que la miel, si ella solo se había tirado como una perezosa sobre los músculos de su mate.—No, estoy bien. ¿Y tú? ¿Peso mucho? —extendió su mano para acariciarle la barba y Drakkar negó cerrando los ojos y disfrutando del roce de sus dedos.Desde lejos parecían justo lo que eran, dos personas con sentimientos muy profundos entre ellos.—¡Drakkar, vamos a cazar, vimos cerca unos Stalodontes! —los guerreros estaban bien entusiasmados y las mujeres ya abrían las fogatas para hacer los asado
NARRADORAEl olor a carne asada y chamuscada ya se elevaba con el humo en el ambiente.Los hombres lobo se unían en grupos alrededor de los fuegos.Cuando Lyra vio a Nana, la chica desvió los ojos de forma antinatural.La Alfa suspiró pensando en que había mujeres que no tenían ni una pizca de dignidad.Como sea, eso no era su problema. Ahora debía alimentar a su hombre.*****Una hora después…—Te dije que esa mujer era solo belleza, pero tenía el coco vacío —algunas hembras cuchicheaban, atentas desde el inicio a todas las cosas raras que habían hecho Lyra y Drakkar.Envolver un bulto de hojas con barro cercano al lago, luego cavar huecos y meter todo, con más tierra y brasas prendidas por encima.¿Qué tipo de ritual era ese? Obvio que no era para comer.—Pobre Drakkar, debe estar pasando hambre con una mujer tan inútil.Nana se alegraba secretamente por las críticas a Lyra.A su lado, Verak hablaba con los guerreros, pero su atención siempre estaba puesta en el cabello platinado qu
LYRAAparecieron repentinamente un grupo de guerreros.Aztoria y yo, listas para dar pelea si era necesario.Caminaron hasta que las llamas alumbraron sus rostros y nos dimos cuenta de que también había algunas mujeres.—¿Alfa Yeron? — el macho experimentado que señalaba el camino dio un paso al frente, examinando a los recién llegados.—¿Vieron? ¡Les dije que era el viejo Omar!En un segundo, la atmósfera tensa cambió.Resultó ser otro grupo que iba también a comerciar y conocían de viajes pasados a nuestro guía.El Alfa era su amigo, así que decidieron unirse a nuestra gente, al fin y al cabo, más personas era mejor.En unos minutos la orilla del lago se volvió animada y más fogatas se encendieron.Noté que eran más desarrollados que la tribu de Drakkar, sus ropas mejor elaboradas e incluso llevaban artículos de cerámica.Me quedé mirando las piezas que comenzaron a mostrarle a las otras mujeres de nuestra manada.No las culpo por estar asombradas, hasta yo codicié un poco esas piel
LYRALos cuatro hombres habían traído las piezas de uno de esos bichos depredadores.Las patas se veían robustas, la cabeza enorme con una alta cresta y llena de dientes peligrosos.—¿Cómo lo hiciste? —el Alfa de la otra manada mandó a buscar el resto de la carne y le preguntó a Drakkar con mucho más respeto que antes.—Solo tuve suerte —fue la respuesta tibia de mi hombre, que volvió a fijar su atención en la mujer estupefacta sentada frente a la fogata.—¿Me das la ropa para mi hembra o no?—¿Qué?… Ah, sí, sí, por supuesto, puedes escoger dos conjuntos, ¡es mucha carne!Le respondió aún con los ojos abiertos como platos, se veía una mujer honesta.—Lyra, escoge las que te gusten —me sentía en las nubes agachándome entre las suaves pieles para seleccionar mi outfit primitivo.Sentía las miradas de envidia, de celos y por supuesto, las de odio.—Eres tan afortunada… Se nota que tu macho te adora…—¡Es que es muy linda! ¡Su ropa también es rara y buena!Las mujeres forasteras comenzaro
LYRALa até sobre mis senos, dejando una porción descarada de escote y el borde inferior caía apenas cubriendo mi intimidad y mis nalgas.—¿Así está mejor? —le pregunté internándome en las aguas, viendo cómo esa polla monstruosa se alzaba orgullosa, evidenciando los deseos profundos de mi macho.—Sí… sí, mejor —me dijo, comenzando a limpiarse el cuerpo, sumergiéndose en la parte más profunda y perdiéndose en las oscuras corrientes.“Parece que alguien se quiere bajar la calentura.” Aztoria y yo nos reíamos en el interior de los apuros de mi hombre, pero hoy no le tendríamos misericordia.Me sumergí también, gimiendo por el frescor del río, soltando mi aura de depredadora Alfa para espantar cualquier pececito agresivo.Encontré una piedra lisa y bastante cómoda donde me recosté, con los muslos semiabiertos, observando el cielo y esperando lo que pronto llegó.La sombra poderosa se cernió sobre mi cuerpo, metiéndose entre mis piernas.—Lyra…Me incorporé, sentada, para ver a su hermoso
LYRA Un rugido bestial se escuchó sobre mi cabeza y chorros calientes eyacularon en la caliente cavidad. Tragué y tragué, Drakkar no se contenía para nada en darme su esencia. Mi lengua relamía hasta la última gota, con los ojos cerrados y el placer por las nubes. Repentinamente, mi cabello fue agarrado, obligándome a levantarme. El miembro salió con un pop cachondo de entre mis labios y fui empujada contra la roca, encontrándome con esas pupilas lobunas y salvajes. Sin resistirme lo dejé gruñir como un animal indomable contra mi cuello, sintiendo sus colmillos creciendo, sus lamidas ansiosas. —¡Aahhh! —gemí en su cabello azabache, abrazándolo contra mí, mientras lo alimentaba con mi sangre poderosa. Controlando el dolor del veneno que ya casi limpiaba de su sistema y manteniendo a raya esa magia oscura que lo ahogaba. Inclinado sobre mi cuerpo, lo dejé beber hasta saciarse. Nuestros cuerpos y almas cada vez más entrelazados. Cerré los ojos con pereza, disfrutando d
NARRADORA—¡Aaaww! —Los gemidos dolorosos se fundían con los siseos de la noche.Jadeando sobre la hierba, los huesos de Nana crujían, su cuerpo se transformaba, las uñas creciendo hasta convertirse en afiladas garras, y el pelaje marrón brotaba de cada poro.Su mente era una amalgama de pensamientos confusos, de dolor y mareos a punto de la inconsciencia.No supo cuánto tiempo duró, solo que cuando abrió de nuevo los ojos, veía el mundo de una manera diferente.“Nana, soy tu loba… Me llamo Reina”, una voz algo tímida le habló y Nana se quedó perdida al inicio.“¿Mi loba? ¿Eres una Omega?” La pregunta salió más decepcionada de lo que pretendía.Siempre supo que era débil, su madre la mimó demasiado, pero soñaba con que su loba fuese un poco más poderosa.“¿No… No me aceptas? Puedo cuidarte bien” la hermosa lobita de pelaje marrón se levantó con torpeza.Su orgullo herido, porque sentía muy bien la decepción de su parte humana.“Claro que te acepto, estoy muy feliz de que nos hayamos
NARRADORAVerak caminó rumbo a la carpita rústica que se había armado, pensando en cómo enfrentar el drama de Nana al otro día. Él era un hombre con necesidades y, aunque moría por meter la polla entre las piernas de Lyra, se conformó con follarse a la loba ofrecida del otro grupo.***** La noche transcurrió sin mayores incidentes, y a punto de que el sol saliera, Verak abrió los ojos; estaba solo bajo el techo de pieles. —¿Nana? —La llamó con voz ronca, sintiéndola en el exterior. Salió para encontrarla sentada frente al fuego, asando un pedazo de carne. A pesar de que Verak le había dado un poco de su sangre y de que ahora tenía loba, aún le quedaban magulladuras y cortes en el cuerpo. — ¿Dormiste bien? —Verak se sentó frente a ella, asombrado por la tranquilidad con que ella le hablaba.Pensó que le estaría chillando como loca. —Sí, lo hice —le respondió organizando sus ideas, dándole un vistazo al campamento que despertaba.—. Nana, con respecto a lo de anoche... —Está bien