194. UN LOBO EN MIS FANTASÍAS
VICTORIA
Estábamos a solo un suspiro y lo vi bajar el rostro para besarme en las mejillas.
Lamió mis lágrimas con paciencia y se fue acercando a mis labios.
No lo detuve y le permití besarme.
Su boca se movió sobre la mía, su lengua explorando los contornos, buscando penetrar.
Me fue recostando sobre las mantas, su pecho duro pegado al mío, una mano sostenía mi espalda y la otra mi cintura.
Sentí su peso masculino dominándome contra el suelo, metiéndose entre mis piernas.
Su beso sensual comenzó a tornarse más apasionado, agresivo.
Nuestros caninos chocaban y la lujuria circulaba por nuestras venas.
Su mano acarició mi falda y la fue subiendo por mis muslos desnudos.
En medio de la oscuridad se escuchaban nuestros gemidos ahogados en besos.
Mis ansias picaban, deseaba alimentarme, las pupilas se contraían en rojo.
Hace mucho que no hacía el amor y me gustaba rudo, duro, que me enloqueciera de placer y me hiciera gritar como una puta.
No soy doble cara como Lyra, yo sé muy bien lo que