177. PILLADA INFRAGANTI
NYX
Escondo el librito de sexo y entro a socializar, pero mi mente no puede dejar de pensar en esas imágenes pervertidas.
Y en las ganas que tengo de practicarlas con mi macho… yo tampoco soy muy “normal” que digamos.
Esa noche me asignaron una habitación bien lejos de las alcobas reales.
Sé muy bien que mi abuelo metió las garras.
La verdad no le veía el sentido a estarme cuidando tanto, pero así eran ellos.
Parecía que simplemente buscaban una excusa para estar peleándose todo el día.
A Lyra le quisieron hacer lo mismo, pero como a ella sí le habían metido el “nudo” ya hasta la garganta, ¿para qué fingir pudor?
Cuando seguía la espalda de la sirvienta que me llevaba a mi cuarto, me encontré a Aidan hablando con su padre en el rellano del primer piso.
A través de las escaleras, mis ojos se fundieron con los suyos.
“Descansa bien, mi amor” —me dijo en la mente cálidamente y le respondí igual.
Continué mi camino, pero confieso que una punzada de decepción me atravesó el pecho.
¿Qué esp