174. EXHIBICIÓN PÚBLICA
CELINE
Debió dejarlos Zarek y la verdad era que el anhelo de verlo crecía más y más en mi corazón.
Me vestí y me miré en el espejo, el apretado corsé definía mi cintura y levantaba mis pechos en el escote cuadrado.
Las mangas algo bajas dejando medio descubiertos mis hombros.
El vestido vaporoso y hermoso caía suavemente hasta el suelo.
“Deberías soltarte la trenza y llevar el cabello suelto, puedes ponerte una cinta.”
Me sorprendí incluso al escuchar la voz tímida de Camilla, sin estar acostumbrada a que me hablara.
Le hice caso, era obvio que tenía más estilo que yo; la verdad es que siempre había sido media marimacha, pero ahora deseaba ponerme hermosa para él. Cerré la gargantilla negra tejida alrededor de mi cuello y me miré satisfecha en el espejo.
“Lo hiciste bien,” le dije intentando suavizar nuestra relación y al fin salí del cuarto.
A medida que mis pasos avanzaban por la mullida alfombra del pasillo, los puños me temblaban un poco y no sabía dónde colocar las manos.