173. SIEMPRE ESTARÁS EN MI CORAZÓN
CELINE
Recorrí con la mirada la cálida y elegante habitación.
Pesadas cortinas burdeos tapaban los amplios ventanales y solo el fuego crepitante de una hermosa chimenea dorada al lado de la cama, arrojaba luz en el cuarto.
Miré hacia el techo decorado con pinturas de mujeres y hombres en el bosque; con dos gigantescos candelabros dorados, llenos de adornos cristalizados y velas apagadas.
Todo aquí era tan exótico y hermosamente antiguo, justo como su dueño.
Me incorporé y observé la suave bata blanca sobre mi cuerpo.
Alguien me había cambiado y sabía muy bien que fue él, no iba a dejar a otra persona hacerlo.
Me mordí mi labio inferior, con miles de pensamientos en mi mente mientras colocaba mis pies descalzos sobre la mullida alfombra oscura.
Mis pasos me llevaron directo a un enorme espejo de pie, frente a la masiva cama de sábanas blancas.
Miré mi reflejo y recordé muy bien todo lo que había sucedido, todas mis acciones y que intenté incluso asesinar a mi mate con esa daga.
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