165. MI CONTINENTE, ES TU CONTINENTE
NARRADORA
Ese hombre no mintió, aquí hubo un portal físico, pero ahora no se podía avanzar por este camino.
Parece que en este continente los portales se encontraban como pasajes dimensionales a otros mundos.
No todos tenían el poder de abrir una brecha en el espacio como Silas, Lavinia, Laziel o incluso Aidan.
Las pupilas del príncipe vampiro fluctuaron en la oscuridad, no importaba que esos vampiros fugitivos hayan bloqueado este camino para no ser perseguidos.
Ellos podían abrirlo de nuevo, pero necesitaba la ayuda de su familia.
Dio media vuelta y caminó hacia la salida.
—Cuiden con su vida esta cueva, cualquier anomalía me avisan —les ordenó a las dos no muertas que estaban sobre la hierba como si fuera un picnic.
—Espera… te dije… la verdad… no me dejes… con ellas… —Edgar le habló arrojado en el suelo—. Puedo… contarte todo… de Victoria…
A su alrededor, la hierba se teñía de rojo. Le habían arrancado las piernas y los brazos, además de sus joyas de la corona.
No le quedaba mucho