153. EVOLUCIÓN DE LOS LOBOS
NARRADORA
En un solo movimiento, garras de hielo pasaron sobre su garganta, cortando profundamente, a punto de arrancarle la vitalidad.
La sangre salpicó sobre la blanca superficie, manchando de carmín.
Pero enseguida el mismo hielo creó una capa y evitó que muriera desangrado; sin embargo, sus cuerdas vocales habían sido inutilizadas.
—No te enojes, mi mate… tendremos una eternidad para desarmarlo parte por parte y pieza por pieza… —Nyx sentenció sacando ese lado asesino escondido en cada Selenia.
La sonrisa torcida en ese rostro tan hermoso traía la vibra siniestra de la locura de su padre.
Subió la mano y solo movió sus dedos, activando runas poderosas que materializaron cincuenta espadas de luz.
Aparecieron entre las tinieblas, formando un círculo, brillando con fuerza.
Las puntas afiladas apuntaban a Edmund, como una corona de muerte, y ya podía sentir el filo cortando cada trozo de su carne.
—¡Sufre solo una parte del dolor que sintió tu hija cuando la usaste como un cadáver