Mundo ficciónIniciar sesiónSCOTCH
Entonces sus dedos rozaron mi mandíbula. Alcé la vista. Él me observaba como si fuera lo más fascinante en todo nuestro universo reducido. Acarició mis mejillas, mi cuello, el pequeño músculo detrás de mis orejas. Cada vez que suspiraba, ese suspiro viajaba por su piel hasta llegar a mí.
Esa ternura me dejó flotando en un estanque de seducción. ¿Cómo podía un hombre con tantas cicatrices ser tan cuidadoso? Pero sabía que aún había fuego dentro de él; se asomaba detrás de sus ojos azul pálido. Los volvía agua salada hirviendo, escaldándome hasta hacerme encoger bajo su tacto firme mientras su erección se hundía en mi boca.
Costello enredó su mano en mi cabello y tiró, obligándome a apartarme.
—Suficiente —dijo.
Asp







