Mundo ficciónIniciar sesiónSCOTCH
Los hombres que hacen cosas sucias no deberían saber tan limpios. Era como besar un río desbordado o presionar mis labios contra la ladera de una montaña: sin sabor, si no pensaba demasiado en ello. Me daba la impresión de que Costello no quería ser recordado y que ese deseo se había hundido profundamente en su piel.
Pero yo estaba arrancándole cualquier esperanza de ser olvidado.
Lo hacía con mis labios sobre los suyos, con mis manos arañando su espalda y tirando de las costuras de su chaleco perfectamente ajustado. Grabar su olor, su sabor, su todo se había convertido en mi nuevo trabajo, y lo hacía con entusiasmo.
Jamás lo dejaría escapar de mi mente.
Sin importar qué.
—Scotch —gruñó contra mi oído. El sonido giró dentro de mí hasta que mis entrañas se volvieron alg







