Levanto la cabeza poco a poco, mirando a mi alrededor con cautela. Lo primero que mis ojos captan es a Anthony tendido a mi lado, por lo que me incorporo aún sigiloso y me acerco a él, sintiendo un pánico terrible al ver su traje cubierto de sangre.
Sus ojos cerrados, su piel luciendo cada vez más pálida y la sangre brotando de las heridas que le ocasionaron no son buena señal. Mi corazón se dispara en un latido errático y frenético, preso del miedo que me recorre ante la idea de perder a mi amigo y no poder hacer nada para protegerlo y salvarlo.
La ironía me recorre, porque, a pesar de todo y hasta último minuto, él siempre pensó en mí y mi seguridad. Tal como sucedió con Demian cuando resultó herido y pensé que había muerto.
Ellos darían la vida por mí, hoy me queda más claro que nunca, y me siento tan miserable de haber dudado de ellos.
Ojeo el lugar, cuerpos tendidos en el suelo, sangre por todos lados y más personas de pie, caminando de un lado a otro. Thayer está herido a pocos