Daniela se quedó completamente paralizada en la entrada. Miraba incrédula la escena frente a ella: Diego realmente se estaba casando con Viviana.¿Cómo era posible?
—Daniela, ¿ahora lo ves? —dijo Mauro—. ¡Esta es la boda de Diego y Viviana!
Daniela negó con la cabeza y retrocedió un paso.
Dentro, el maestro de ceremonias subió al escenario.
—Distinguidos invitados, gracias a todos por tomarse el tiempo de asistir a la boda del señor Diego y la señorita Viviana. Ahora declaro que la ceremonia comienza oficialmente. Con ustedes, los novios.
Las luces del interior se atenuaron rápidamente y comenzó a sonar la melodiosa "Marcha Nupcial". Viviana, del brazo de Diego, caminó por la alfombra roja. Ambos avanzaron lentamente hasta llegar frente al sacerdote.
El sacerdote los miró y dijo:
—Viviana Veloz, ¿aceptas voluntariamente a Diego Quezada como tu esposo, para amarlo en la riqueza y en la pobreza, en la salud y en la enfermedad, hasta que la muerte los separe?
Con timidez, Viviana respondió