—¿Qué quieres decir? ¿Esta noche no vas a regresar a casa? —preguntó Daniela.
Nicolás definitivamente tenía que quedarse en la empresa para manejar el asunto de Margot:
—Amor, esta noche no podré regresar a casa, duérmete temprano.
Daniela se sintió un poco infeliz:
—Señor Duque, el dinero nunca se acaba de ganar, y además no eres el único que gana dinero para mantener la familia, yo también puedo ganar dinero, así que no necesitas trabajar tan duro.
Nicolás curvó los labios:
—Amor, ¿realmente quieres que regrese a casa?
Daniela dijo dulcemente:
—Quiero dormir abrazándote.
Al escuchar su voz mimosa, todo el cuerpo de Nicolás se ablandó. Después del embarazo de Daniela, las veces que habían estado íntimos se habían reducido considerablemente, y ahora hasta sus mimos le causaban reacciones.
Nicolás sostuvo el teléfono:
—Amor, yo también quiero dormir abrazándote a ti y al bebé, pero esta noche hay algo urgente en la empresa y no puedo irme.
Daniela se sintió muy decepcionada:
—Está bien