Diana asintió.
—Está bien. Nicolás, después lleva a Daniela a casa.
—¡No hace falta!
—¡Perfecto!
Los dos dijeron al mismo tiempo.
Daniela miró a Nicolás que estaba enfrente y no supo cómo responder.
...
Un desayuno terminó en una atmósfera muy extraña, Daniela planeaba irse a casa.
En ese momento entraron varias compañeras de universidad de Diana, a todas les gustaba mucho Daniela, venían a despedirla.
—Daniela, tienes que venir a jugar seguido.
Daniela sonrió.
—Está bien.
En ese momento Daniela no vio a Ana, preguntó extrañada.
—¿Eh? ¿Dónde está Ana? ¿Por qué no vino?
Diana también lo encontró extraño.
—¿Ana?
—Diana, Daniela, Ana hoy tramitó su retiro de la universidad, se transfirió de vuelta a su ciudad natal, ya no la volveremos a ver.
¿Ana fue transferida?
¿Cómo tan repentinamente?
En ese momento Nicolás se acercó.
—Es hora de irse.
Daniela levantó la cabeza para mirar a Nicolás, su rostro no mostraba ninguna emoción, como si el asunto de Ana no tuviera nada que ver con él.
Pero D