Los días se hicieron aún más cortos para los tres, porque los disfrutaron muchísimo más. Gerard llevó a Luz a conocer el mundo de Harry Potter y trató de no botar espuma por la boca cuando uno de los chicos que visitaba el lugar le pidió su número de teléfono.
Luego de saltar como un depredador y aferrarse a su cintura, al chico le quedó más que claro que Luz tenía a su hombre al lado.
Ahora, todos esos recuerdos quedaban en la mente de Luz, mientras hacían el vuelo de regreso a casa. su hermano llegaría a la ciudad mañana y quedaron para verse en una cafetería en el centro.
En cuanto a las noches que durmieron juntos, se cuidaron de no volver a llegar más lejos que un tierno beso de buenas noches, porque ya las pasiones estaban demasiado encendidas y no querían llegar algo más íntimo tan deprisa…