Gerard solo sonríe, le da un beso corto y retoma el camino, mientras Luz contesta el teléfono, agradeciendo de no haber dicho más de la cuenta.
-Luz, ¡que hermoso!
-No exageres, que apenas se nota como un porotito.
-Más bello aún… te juro que aquí se rieron de mí porque solté mis lagrimitas.
-Estás loco – Luz no se cree que haya tenido esa reacción -.
-¿Qué haces ahora?
-Voy a almorzar, con Gerard, después iremos por Charlize y luego pasaré por el departamento, para buscar algunas cosas. Hoy regreso a la mansión, el doctor me dijo que mi trabajo no es riesgoso.
-Pero Luz, sabes que puedes quedarte conmigo sin problemas…
-Lo sé, pero no quiero. Ahora con mayor razón tengo que trabajar, el parto no es precisamente regalado y luego están todas las cosas que podamos necesitar. M&aac