PELEA EN EL RING

--no... dime que es en cualquier lugar, menos allí... el símbolo de los Vicyl está ahí, sabes que no podemos adentrarnos en el lugar, moriremos, además de que yo no hablo ese idioma raro que ellos hablan, no entraremos, ríndete, vamos a casa, le diremos a aquellos lobos que te llamaron que lo lamentamos que no lo encontramos....—la chica observo a su amigo como si le hubiese crecido otra cabeza, en lo que le hizo un gesto con bastante escepticismo a su palabras, algo que causo unas enormes ganas de llorar en aquel, pues sabía muy bien que significa aquella expresión, y solo significaba que aquel símbolo no era nada para ella

--no dejare a Owen allí, su hermano me lo recomendó y no puedo dejarlo en aquel lugar... si deseas puedes esperarme aquí, mientras yo voy por el pequeño cachorro...--aquello debía ser una broma, ella no podían entrar a aquel lugar, si su amiga lo hacía era más que seguro que ellos no lograrían salir, ya que con ello solo se daba su propia muerte al incumplir las reglas del gran rey

--estas para manicomio... ¿Qué no ves? Solo lobos pueden estar en aquel lugar, tú y tú somos humanos.... Humanos... con ello somos la especia más débil y por alguna razón somos que debemos cumplir las reglas.... No quiero ir a un funeral sin ataúd... vamos regresemos a casa...--aquellas palabras las había indicado su amigo, hermano y chofer casi en un ruego, no había duda que el humano se preocupaba por ella, pero había un problema y es que la chica se había comprometido en cuidar de aquel pequeño cachorro, el cual no se llevaba bien con ninguna omega y por lo tanto la habían contratado a ella, además de que se habían encariñado demasiado el uno con el otro, por lo que era entendible que esta no quisiese que nada le ocurriese a un pequeño como lo era el, no había duda ella ya había tomado una decisión y no importaba lo que pudiese ocurrir, ella se arriesgaría

--lo lamento Willy... Owen me necesita... si muero allí adentro encárgate de que en el momento en el que salga Owen lo detengas y llames a su familia...--aquello era una locura, una completa locura, el perdería a su amiga y hermana, además de su trabajo, ya que los conde lo echarían, si no era que o asesinaban antes, y todo por la única y llana razón de que aquella chica tonta estaba tan ensimismada en que salvaría a un pequeño lobo, de aquello salvajes que estaban allí adentro

--An... por favor... llamemos a su hermano y con ello...--este no había terminado de hablar, cuando la pelinegra se acercaba hacia el lugar completamente decidida con una expresión que detonaba que nada de lo que aquel dijese seria escuchado

-- pusťte mě dovnitř, mám povolení od králů (déjame entrar, tengo permiso por los reyes)—el enorme guarda la observo de arriba abajo, mientras no podía creer que una pequeña humana supiese el idioma de los vicyl, por lo que si mas solo se hizo a un lado y le dio una mirada al chico que estaba detrás de ella, como quien pregunta si este también desea adentrarse al lugar, algo que sorprendió grandemente a la azabache, quien estaba convencida que este ya se había marchado—¿creía que irías a casa o a llamar a los Lugus... para que estos viniesen ayudar...?--William observo a la azabache como si estuviese loca, en lo que le dio un pequeño golpe en la cabeza para que según este, aquella entrara en razón, ya que su amiga estaba completamente loca –Ángel Ambriorix... eres mi mejor amiga de toda la vida... si tu mueres yo también... por lo que aquí estoy... hoy moriremos juntos.... Además de que le temo a tus padres, quien seguramente me mataran si se enteran que yo te he encubierto en todo...--la chica dio una pequeña risita al escucharlo, pues ahora comprendía por qué tanta camaradería, este solo temía a que si sus padres se enteraban que él estaba presente en aquel lugar podrían tomar represarías hacia él, no había duda que su amigo era un cobarde.

Aunque si ella lo pensaba mejor, sus padres al saber todo lo que ellos estaba por hacer, posiblemente le diera un destino peor a la que le podría dar los lobos al saber que ellos invadían un lugar vicyl. Aquellos bajaron por lo que parecía un pasadizo al interior del lugar, en el que se escuchaban claros gritos de satisfacción, mientras unos gruñidos y rugidos se escuchan aún más en el fondo, haciendo enloquecer a un más a la multitud, algo que logro a asustar aún más a los humanos, quienes aunque no lo quisiesen demostrar, lo cierto era que estaban llenos de temor por lo que pudiese llegar a ocurrir

Estos al lograr llegar a lo que se suponía era el corazón de lugar, lograron ver cómo había un sin fin de lobos, completamente extasiados observando lo que parecía ser una pelea la cual apenas daría inicio, algo que los hizo darse una mirada el uno al otro preguntándose cuál sería su próximo paso

--¿quieres que nos separemos para buscarlo?—William pregunto aquello, lleno de temor, en lo que la chica negó de inmediato, como quien indica que por nada del mundo se separaría de su amigo, por lo que apretó aún más de su antebrazo y le dio una mirada llena de temor

--no... hagámoslo juntos... iremos hacia la derecha, y nos esconderemos en por los rincones para que estos no nos detecten...--su amigo la observo como si estuviese loca, pues aquello era una completa tontería, los lobos sabrían que habían humanos por su mero olor, ellos siempre tenían aquello olores tan significativos de ellos, que hacían que supieses que clase eran, además de que ellos tenían aquella marca en la muñeca que implicaba que eran humanos, que eran la raza débil, que era elegidos bajo el comando de los lobos y aquello era prohibido ocultar cuando llegase el momento

--tu plan es muy tonto, pero igual vamos...--la chica le dio una mirada llena de fastidio al moreno, pero de igual forma estos caminaron ocultándose entre lo más oscuro de aquel lugar en el que se preguntaban por qué aun no los había detectado, aquello era una verdadera sorpresa

No había el más mínimo rastro de aquel pequeño por todos los alrededores delo que parecía una gran cantidad de cuerpos lobunos y ya habían llegado al punto de partida, algo que los hizo mirarse el uno al otro con desesperación, pues aquello solo significaba que aquel chiquillo se encontraba en aquella masa de cuerpo que esta frente a ellos, lo que en verdad era un verdadero problema, pues ellos no tenían la menor idea de cómo salir de las sombras sin ser descubiertos y asesinados de inmediato, por tener la osadía de pisar un lugar solo para vicyl, Los gritos aumentaron cuando la pelea se había culminado, y al parecer llamaban al ring, a nuevos concursantes, en lo que la chica logro ver como en una esquina subía un enorme hombre, de lo que estaba segura que se trataba de un lobo, debido a su tatuajes y expresión, este tenía piel morena y era alguien enorme, tenía el cuerpo más que sobre marcado y parecía tener músculos sobre los músculos, pobre de aquel que tendría que pelear contra aquel, pues estaba segura que no duraría mucho en el ring, o que posiblemente lo mataría de aquella golpiza que le proporcionaría

--que lobo....—su amigo se escuchó en susurro, algo que hizo asentir a la chica, quien no quietaba la mirada del gran hombre que la tenía llena de miedo, pero entonces noto que su amigo observaba hacia otro lado, en lo que esta giro su rostro hacia lugar donde aquel observaba con tanto ahínco y allí estaba el hombre más hermoso que jamás había llegado a ver

Su cuerpo tallado perfectamente, lleno de un sinfín de tatuajes que mostraba su estirpe y antigüedad, aquel no era exagerado como el luchador del ring, no. este tenía contextura perfecta, su piel completamente lechosa y su una pequeña barba saliendo de él, que lo hacía verse aún más sexi, con su cabello largo de color castaño casi rubio y ni hablar de los hermosos ojos azules lograban transmitir tanta tranquilidad como deseo, vaya vicyl, parecía haber sido hecho con arcilla y dejado como si fuese el pecado en persona.

Era una entera lástima que era un lobo y los lobos no se fijaban en humanos, al ser estos la raza débil y los esclavos de aquellos. Noto como este se adentraba en el ring, y su boca junto a la de su amigo, se quedaba abierta a mas no poder, oh no, el apuesto lobo estaba frito, aquel gran moreno lo destruiría, no había otra salida, que rostro tan lindo, para ser destruido por aquel que esta frente a él, era una entera lastima, no había más explicación para lo que estaba por venir, a lo que la chica se dio una mirada con su amigo, quien asintió con la cabeza ante sus pensamientos, ya que al parecer los dos estaban pensado los mismo, pero entonces justamente en el que se dieron los que parecía las especificaciones y lo que parecían ser las reglas del cuadrilátero

La pelea dio inicio, lo cual hizo que las personas enloquecieran y todos estuvieran más que feliz de darle la bienvenida al gran alfa, mientras que la chica observo a su amigo llena de temor por aquel precioso alfa, que se encontraba en el ring junto con ese enorme ser que sí que daba miedo

--no creo que sobreviva a un solo golpe...--aquello lo dijo este en susurro, algo que hizo asentir a la chica, pues aquel era macizo y no tenía gran cantidad de masa muscular, como lo era aquel que tenía frente a él, porque para los humanos era más que verídico quien era el ganador en la batalla, era una entera lástima que por esa razón muchos humanos había llegado a su exterminio, ya que con solo observar con sus ojos y no con su sentido tenían una gran desventaja sobre los grandes lobos quienes eran los que gobernaban aquel mundo

El moreno luego de lo que parecía una eternidad de estar planeando su ataque se fue hacia aquel lobo de hermosos ojos, quien de un solo golpe, logro hacer que aquel enorme hombre cállese al suelo completamente inconsciente, logrando así que los dos humanos allí presentes de nuevo se dieran una mirada más que sorprendidos, pues aquello no podía ser posible, aquel solo había dado una apartada giratoria en el rostro y lo había tumbado completamente inerte al suelo, aquello no era probable, pero entonces todos enloquecieron y gritaban otra vez el nombre del ganador, que por lo que se podía entender su nombre era Kilian, ya que aquello era lo que indicaban una y otra vez entre júbilos y gritos de felicidad

Aquello era una verdadera locura, pero no fue aquello lo que saco a la chica de su asombro, lo que saco de sus pensamientos, fue el ver al pequeño cachorro que ella buscaba con desesperación en el ring, junto con lo que parecía ser ganador, Owen era levantado por aquel rostro estoico del lobo de ojos hermosos, en lo que parecía que el chiquillo estaba incluso más emocionado que el mismo luchador, esto no podía ser verdad, ¿Qué hacía Owen en aquel lugar, con aquel lobo? Era una verdadera locura, ella no tenía la más mínima idea de que hacer, pues un solo paso en falso y seria su fin

Aquel debió haber sido el pensamiento de la chica antes de actuar de manera irracional, pues aquella había olvidado por completo donde se encontraba, cuando salió de las sombras y corrió hacia el ring sin siquiera recordar que el solo hecho de estar allí, podría ocasionarle demasiados problemas, pero eso no importaba, lo que importaba ahora para ella, era volver con el pequeño sano y salvo, además de que si aquel lobo había acabado con su contrincante de un solo golpe no quería imaginarse de lo que podría hacer con el pobre cachorro, aquello no lo permitiría eso seria sobre su cadáver, por lo que sin importarle lo más mínimo, se adentró a la masa de cuerpos gritando una y otra vez el nombre del pequeño, quienes entre el sin fin de gritos no logro escucharla

Pero había allí, un lobo que no lograba dejar de observa, mientras sus pupilas se dilataban y sus sentidos se activaban de una manera más que sobreprotectora, en lo que siquiera antes de que a esta la pudiesen atacar, ya había un gran cuerpo frente a ella observándola como si de un fantasma se tratara, mientras que la multitud no pidió creer aquella osadía, no podían creer que una humana estuviese en sus tierra, y más aún que estuviese frente al gran octavo príncipe, al gran alfa de los lobos, el futuro heredero de los vicyl, el gran Kilian Lugus

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