~Tamia~ La ceremonia de la boda y la de proclamación fueron muy pero muy bonitos. El ambiente estaba lleno de amor, y no pude evitar sentirme inmensamente feliz por todos. Sylvester y yo estábamos llenos de alegría, celebrando no solo una boda, sino también una victoria.
Parece que fue ayer cuando todo esto parecía un sueño lejano, y hoy estábamos aquí, disfrutando de un nuevo comienzo y de la dicha del amor sincero. Nos sentimos verdaderamente afortunados por las bendiciones que la vida nos ha otorgado.
La luz mágica de la luna azul nos bañaba mientras bailábamos, agradeciendo a la diosa por sus favores.
Después de la fiesta, Sylvester y yo nos retiramos a nuestra habitación. Estábamos agotados, así que lo único que deseábamos era abrazarnos. En la calidez de sus brazos, me acurruqué, apreciando su protección. No necesitábamos palabras; el silencio lo decía todo. El sueño nos llegó, trayéndonos paz y tranquilidad.
Al amanecer, los recién casados se fueron a su merecida luna de miel. V