~ Leo ~ Al llegar a la habitación, Amelia me preguntó por qué no nos bañábamos. Sabía cómo me sentía y no mencionó lo del incendio, así que le agradecí por eso. Era la única persona con la que había estado que nunca hacía preguntas. Siempre me dejaba contarle la información cuando yo quisiera, lo que hacía que yo le contara todo y no le ocultara nada, supongo que usaba psicología inversa, y le funcionaba muy bien. Decidimos darnos un baño en la tina en lugar de una ducha rápida. Nos quedamos un rato en el agua perfumada sin decir ni una sola palabra, el aroma a lavanda me ayudó a relajarme y el dolor de cabeza fue desapareciendo. Cuando terminamos, volvimos al cuarto y decidimos dormir desnudos. Me quedé dormido como un bebé, abrazando a Amelia. Desperté por la mañana sintiéndome como nuevo, le agradecí a la diosa porque había descansado bien, porque de lo contrario, no iba a estar al cien por ciento y era un día muy importante. Sería prudente ocuparme de todo de inmediato, per
Empecé a esperar a que pasara algo que me salvara de tener que cocinar. Amelia se fue a reunirse con las chicas en el comedor mientras que yo fui a la cocina. Ya era un desastre, había tostadas quemadas por todas partes. No sé cómo, pero habían quemado unas lonjas de jamón y el aire olía a humo, así que me imaginé que acababan de quemar algo más. Dominic tenía masa de panqueques por todo el cuerpo y el extintor estaba cerca de la estufa, así que me pregunté qué había pasado. Me di cuenta de que Max y Kyle estaban trapeando el piso, mientras que Andrew y Clay cortaban frutas para la ensalada. Parecían saber lo que hacían, así que supuse que eligieron lo único que se les daba bien. "Devin dijo que deberíamos sorprender a las chicas." Dijo Sylvester con aceite en la cara, por lo que me dieron ganas de reírme. Vino estaba con el exprimidor sacándole el jugo a las naranjas, le había tocado lo más fácil. "¿Qué estaban pues planeando hacer?" Pregunté. "Huevos revueltos, panqueque
~ Leo ~Max y Kyle fueron muy eficientes organizando a mis guerreros, así que llegué directamente al sitio de encuentro con Marcel, Theodore, David, Devin, Sylvester y mi papá. Necesitábamos a todos los que tenían autoridad de Alfa en el equipo. Sabía que lo que iba a hacer estaba en contra de los derechos de mí gente, pero eran tiempos difíciles y tenía que tomar medidas desesperadas. Más de quinientos hombres se reunieron al aire libre siguiendo mis órdenes, por lo que me paré en un lugar un poco más alto para poder verlos a todos. Desde allí, pude ver cómo se inclinaron para honrar al Rey al arrodillarse."¡Levántense!" Ordenó Sylvester, por lo que se pusieron de pie. Me alegré de que no fuera del tipo de hombre que le gustaba alimentar su propio ego. Además, seguramente estábamos frente a los traidores, así que serían unos malditos hipócritas al arrodillarse delante de Sylvester. Me aclaré la garganta tomando un vaso con agua para hablarles. Casper me dio un micrófono, y quise r
Después de saber quién había sido el culpable, me despedí del resto de los guerreros, ellos se fueron en silencio, pero ahora se veían mucho más tranquilos. Cuando se llevaron al Kappa James, sentí mucha rabia. Tuvo suerte de que Marcel y Theodore me detuvieran, porque si no, lo habría matado a golpes. Me lastimé la mano cuando golpeé al Kappa, pero lo disfrute, era lo mínimo que se merecía por haber sido tan imprudente, ahora tenía que pensar en cómo íbamos a conseguir ácido nítrico, aunque no sabía sí sería suficiente, en caso de que un ejército nos atacara y teníamos que ir a visitar a Erik lo más pronto posible. Regresamos a la casa, pero Sylvester estaba muy callado, supuse que estaba así porque el incendio fue algo inesperado que afectaba nuestro planes, además de eso, teníamos amenazas inminentes por todos lados. No sabíamos en quién confiar ni qué hacer, lo cual era estresante.Teníamos que aliarnos a uno de nuestros propios enemigos para poder vencer al otro, porque si no,
~ Leo ~ Me levanté del suelo y entré a la casa para esperar a Amelia. El tiempo pareció detenerse en esos momentos, me sentía el hombre más feliz del mundo y me puse a pensar en cómo sería nuestro futuro juntos. Luego caminé de un lado a otro, aun conmocionado por la noticia.Eso hubiera sido genial si estuviéramos en nuestra pequeña cabaña, sabía que a Amelia le gustaba la privacidad que teníamos allá. Estaba temblando de la emoción, pero quería ir a preguntarle a Sylvester, Marcel o a Theodore cómo reaccionaron cuando supieron que sus mujeres estaban embarazadas y si hicieron algo especial para ellas, porque estaba tan feliz que no sabía qué hacer, entonces sentí que sería algo tonto preguntar eso porque cada uno es diferente, y reaccionan de diversas formas. Lo mejor sería ser yo mismo y esperar a que llegara. Me quedé recostado en la cama pensando en el futuro, después de unos treinta minutos, vi que la puerta se abrió y Amelia entro a la habitación. Se veía preocupada y sus o
Salí silenciosamente de mi habitación para no despertar a Amelia y bajé las escaleras, pero le dije a Macy que estuviera pendiente de ella y le sirviera lo que quisiera. De camino a la sala, me encontré con mi mamá y me preguntó por Amelia, le dije que estaba durmiendo, pero ella insistió en que estaría a su lado para cuidarla. Era entendible que fuese tan protectora con Amelia, ahora ella llevaba en su vientre el futuro de la familia Albert, además, podía ver lo emocionada que estaba mi madre con la noticia. Mi mama fue a cuidar de Amelia y yo seguí caminando hacia la sala para planear el siguiente paso en contra de Yuri. Sin embargo, en cuanto llegue a la sala, Sylvester abrió una botella de champaña y todos se levantaron para felicitarme. Definitivamente, el chisme no corre, sino que vuela, y estaba seguro de que alguna de las chicas fueron la que les habían contado."Felicitaciones Leo, ¡vas a ser papá!" Me dijo Sylvester muy emocionado, y yo sonreí. Sentí como si por fin h
~ Susan ~ Cuando Devin me dijo que mis papás ya se encontraban cerca, estaba bastante nerviosa y no sabía cómo reaccionaría cuando los viera. Habían estado desaparecidos durante diecinueve años, fue demasiado tiempo, y yo ya no era la misma niña de cuando se fueron. La verdad es que no sabía si sería una buena idea verlos después de tanto tiempo, ellos se habían vuelto malvados y ahora eran parte de la secta de los Stepanov, lo que me hacía sentir entre la espada y la pared, además, el hecho de pensar en que el tío Nicolás ayudó a Yuri a tomar el Sur me hacía sentir aún peor. ¿Cómo podía tener una vida feliz con Devin, si mi familia fue la razón por la que él lo perdió todo? Aunque él no me culpara, yo sí me sentía mal por él, y eso era demasiado para mí. Devin entró a la habitación y me miró un poco preocupado. "Sue, ¿acaso no vas a ir a verlos? Sylvester y Leo necesitan interrogarlos, pero quieren que hablen primero contigo para que aclaren las cosas del pasado." Comentó, n
"Suzy." Escuché a mi papá decir. Era el único que me llamaba así y sabía que lo odiaba, pero siempre me molestaba con ese apodo cuando era niña. Lo miré, él se secó las lágrimas. "Perdón, cariño. Lo lamento mucho…" Se disculpó, y entendí que eso sería todo lo que obtendría de su parte, porque no era bueno diciendo lo que sentía. Mi mamá terminó apartándose para que mi papá pudiera abrazarme. "Mi niña ya es una mujer echa y derecha. Y te has vuelto una mujer increíble, Susan. Richardo nos contó todo lo que has estado haciendo, por lo que estoy muy orgulloso de ti, hija." Dijo, pero esas palabras no me hicieron sentir mejor, aún sentía rabia porque sabía que habían estado trabajando para el enemigo. Cuando mi papa me soltó, los miré a los ojos de forma desafiante. "Si yo les importaba tanto, entonces ¿por qué se aliaron con el enemigo? ¿Por qué hicieron que las acusaciones de Maurice fueran ciertas? Tuve que lidiar con la vergüenza de la traición del tío Nicolás y ahora, res