Carla vio a Theo.
Carla gritó con su vocecita suave:
—¡Theo, baja rápido! Hay muchas luces bonitas.
En cuanto gritó, Lucas miró hacia arriba.
Los dos hombres se miraron a los ojos.
Theo miró concentradamente a esa persona, no retrocedió, se sostuvieron la mirada por aproximadamente medio minuto, hasta que Jazmín también lo llamó:
—¡Theo, papá compró muchas varitas mágicas!
La mirada de Theo se profundizó un poco, después de un rato respondió:
—Ya bajo.
Se dio vuelta y regresó a su dormitorio, se puso un abrigo largo de plumas, también sacó dos bufandas de cachemira del armario. En cuanto bajó atrapó a las dos niñas una por una, les puso las bufandas en el cuello respectivamente, abrigándolas cuidadosa y cálidamente.
Jazmín se sintió cálida y cómoda.
Carla no estaba contenta, su cabecita se sacudió, Theo se la acomodó de nuevo:
—No te vayas a resfriar.
Luego vio a ese hombre sacar varios manojos de varitas mágicas del almacén, las encendió y se las dio a las niñas para que las sostuvier