Los ejecutivos de nivel medio y alto del Grupo Innovar sabían que el señor Uribe había estado muy enfermo y había perdido la memoria.
Los accionistas antiguos pensaron para sus adentros: "Damián ya no sirve."
Damián sonrió radiante:
—¡Parecen muy sorprendidos! ¿Cómo es posible que la señorita Balmaceda no les haya dicho que ya me contrató como su asistente personal, sin reportar a ningún departamento, respondiendo directamente a la señorita Balmaceda?
Miró hacia Milena:
—Milena, tráeme una silla.
Milena primero se quedó pasmada y luego se le humedecieron los ojos.
El señor Uribe la había llamado Milena, solo había una posibilidad: había recuperado la memoria.
Milena era su mano derecha, entendió la situación y no delató la verdadera condición de su jefe. Trajo una silla y la puso al lado de Aitana.
Los ejecutivos y accionistas reaccionaron intensamente:
—¡Señorita Balmaceda, debe separar lo personal de lo profesional!
—Este es un momento crucial para el Grupo Innovar, un rumor malo pod