Capítulo 17. Una decisión impulsiva
POV ALEJANDRO
Me levanto y voy hasta mi escritorio para tocar el intercomunicador que me comunica en línea directa con ella.
—Señorita Bradford, venga a mi oficina.
Adiós los modales. No puedo ser blando con ella. Por mi propia paz mental, debo establecer límites.
Pasa un minuto entero en el que no sé qué carajos hacía, antes de entrar a mi oficina.
—¿Todo un minuto entero para llegar aquí? —enarco una ceja mientras cierro unos archivos en mi computadora—. Su escritorio está al lado de la puerta, no del otro lado del edificio.
—¿En serio lleva la cuenta del tiempo? —parece sorprendida.
—Llevo la cuenta de todo, siempre. Me fijo en absolutamente cada detalle, que le quede claro —hablo sin mirarla aún—. Necesito que reorganice al completo mi agenda laboral y personal para lo que queda de semana. Estaré fuera del país por algunos asuntos —la veo asentir por el rabillo del ojo y sé, que organizar todo para la semana que viene le quitará al menos el resto del día.
—¿Algo que quiere que haga