Nathaniel tenía una sonrisa amplia en el atractivo rostro, un varoncito, uno de sus más grandes deseos se estaba haciendo realidad
Angela lloraba emocionada, deseaba a su bebé con todas las fuerzas de su corazón, lo amaba, el ver a Nathaniel tan contento con la noticia la ponía dichosa, aunque no podía olvidar que él estaba ahora comprometido y que pronto se casaría con la chica del restaurante
— ¡Es un boy, Angela, un varoncito, más de cuatro meses y nos me habías dicho de su existencia, ¿cómo te justificas por eso? soy su padre, tenía derecho de saber!
— Quise decirte, pero estabas ocupado comprometiéndote con una bella chica, monte quise interrumpir, ahora nuestras vidas tomaron caminos diferentes, tu vas a casarte y yo... yo seguiré mi camino — Angela se puso de pie, ella ya quería irse para regresar a la oficina
— ¿Qué quieres decir? ¿cuál camino? ¿vas a insistir en casarte con Lombardo Maldonado? ¡responde!
— Nathaniel, no hagas las cosas más difíciles, ¿qué pretendes? ¿qué sea