Los padres no dejaban de observar al bebé, el niño se calmó apenas lo pusieron en los brazos de su madre
— ¿Qué si es hermoso? ¡es increíble, es bellísimo! — el joven mafioso experimentaba la emoción mas grande de toda su vida, en su frío y duro corazón nació un amor inmenso y profundo por ese pequeño ser que era su total responsabilidad para mantenerlo con vida
— Es idéntico a ti, Nathaniel, eso no es justo, ¿dónde pongo mi reclamo? a mí me dolió traerlo al mundo y se parece a su padre, humm... ¿qué hay de mí?
— En el próximo será, cariño, el próximo hijo que tengamos va a parecerse a ti, ya lo verás
Angela rodó los ojos, ese mafioso se creía que ella era una incubadora de bebés pero estaba equivocado
Pronto pasaron a una habitación privada a la madre y al niño, la familia de ambos llegó para saber si estaban bien
— Papá, ven te voy a presentar a mi hijo — Nathaniel levantó al niño de la cuna, él tenía los ojos abiertos, no se había querido dormir desde que había nacido
— Nathaniel,