Capítulo 65

El cumpleaños del monstruo.

El Palacio de Cristal, sede temporal de la Fundación Martínez, resplandecía como un diamante en la noche. Sus altos ventanales curvos, iluminados desde el interior, dejaban escapar un torrente de luces y destellos brillantes.

Los jardines exteriores, bañados por millares de faroles colgantes, olían a jazmín y a copas de champán. Allí, sobre una tarima de mármol blanco, se erguía una gran pancarta dorada con letras de relieve:

“Feliz cumpleaños, Adrián Martínez: 55 años de ciencia, vida y esperanza.”

A las nueve en punto, la orquesta comenzó a tocar una marcha solemne mientras los invitados más ilustres subían la escalinata principal: ministros de Salud, directores de hospitales privados, presidentes de bancos y cámaras de comercio, periodistas de medios oficialistas y, cómo no, los jefes de clínica más respetados del país. Cada uno lucía traje de etiqueta o vestido de gala; cada uno, una sonrisa medida y un brindis preparado.

Valeria Martínez,