Capítulo 213

El plan fallido.

El acceso viejo a ese laboratorio no parecía un camino hacia la salvación. Parecía más bien una tumba abierta.

El grupo se detuvo frente a la entrada apenas iluminada por las linternas que llevaban. El aire cargado de humedad se mezclaba con el olor a metal oxidado y tierra mojada. Las paredes del túnel estaban cubiertas de moho, raíces secas y fragmentos desprendidos del concreto que alguna vez fue sólido.

Un silencio antiguo lo rodeaba todo, como si ese lugar hubiera sido olvidado por el tiempo.

Silvio avanzó dos pasos y levantó la mano para que los demás no se acercaran demasiado.

—Aquí es —murmuró—. Lo que queda de la entrada de mantenimiento.

Gabriel no apartó los ojos del túnel. Su mandíbula estaba tensa.

—¿Estás seguro de que esto no colapsará? —preguntó la fiscal Durán, intentando mantener un tono firme, aunque la humedad del lugar le provocaba escalofríos.

—Seguro, no —respondió Silvio, ajustándose los lentes—. Posible… quizá.

—Qué alentador —mu