Capítulo 186

La grieta.

Esa misma tarde, Gabriel venía entrando al salón con unas carpetas en la mano, estaba analizando algo referente al caso de Carlos Herrera, pero su atención no solamente estaba centrada en los documentos.

Había visto detalles que no encajaban. La forma en que Teresa caminaba por la cocina demasiado tranquila, la agilidad con la que preparaba los alimentos. Un color en las mejillas que no correspondía a quien sufre abstinencia.

No tenía una prueba física todavía, pero sí una certeza fría que quemaba por dentro.

La encontró recostada en la encimera con la mano sobre su vientre, los ojos vidriosos.

Parecía frágil, exactamente como cuando todos la habían visto caer antes. Isabela estaba cerca, con la mirada fija hacia él, lista para intervenir si hacía falta.

Gabriel se quedó en la puerta, respiró hondo y cruzó la habitación sin pasos bruscos.

—Teresa —dijo sin elevar la voz, pero con firmeza—. Necesito hablar contigo ahora.

Ella lo miró con sorpresa. Intentó son