“Hoy será el día en que pagarás por tus pecados”.
Al escuchar esto, Yuvaan se enfureció tanto que soltó una carcajada.
“¡Jajaja! ¿Quién te dio el valor para hacer una afirmación tan audaz, James?”.
Yuvaan estaba furioso. Aunque había cultivado durante miles de años, ahora tenía a un mocoso que le apuntaba con una espada.
Sin embargo, al sentir el poder combinado del ejército de cuatrocientos mil hombres, reprimió la furia que llevaba dentro.
Ahora solo podía ganar tiempo.
Después de calmarse, esbozó una ligera sonrisa antes de decir: “James, no tengo ningún rencor contra ti. Te juzgué porque eres descendiente de pecadores. Sin embargo, no solo no te arrepentiste de tus pecados, sino que incluso cultivaste las Artes Demoníacas. Lo hice en nombre de los humanos de los Tres Mil Mundos”.
“Jaja…”. James soltó una carcajada fría. “Qué excusa de m*erda”.
Supuso que Yuvaan intentaba ganar tiempo. Entonces, le vino una idea a la cabeza. Solo había una posibilidad. Yuvaan debe ha