Capítulo 80
|| PUNTO DE VISTA DE BELLONA ||
El sol se estaba poniendo, y su resplandor anaranjado iluminaba los picos irregulares de los acantilados que rodeaban la cala. El leve aroma del agua salada se mezclaba con el olor metálico de la sangre, un acre recordatorio de lo que acabábamos de sobrevivir. Me senté con las piernas cruzadas en la arena junto a Dante, con el vendaje que le había atado apresuradamente alrededor de la pierna ya empapado de sangre. Respiraba con dificultad y tenía el rostro pálido, manchado de sudor y suciedad.
—Te dije que no corrieras ese riesgo —le susurré con voz temblorosa—. No tenías por qué... Yo podría haber...
—No —me interrumpió Dante, con voz firme a pesar de su evidente dolor—. Tú no... No se arriesga la vida. No cuando yo puedo protegerte.
Protegerme. Las palabras me dolían tanto como me reconfortaban. Había sido un lastre, ¿no? Otra debilidad que él tenía que soportar, proteger. Se me revolvió el estómago al pensarlo.
Mojé un trozo de tela en un