ES EL SUEÑO...NO, MI PESADILLA.

La pesadilla aterradora de la que he intentado escapar desde que mi padre murió. Pero esta vez, es diferente. Es vívida, a diferencia de mis pesadillas anteriores, como si se estuvieran desarrollando justo frente a mis ojos.

Manchas de sangre cubren mi cuerpo.

Un sonido estridente seguido de un fuerte estruendo me despierta de mi pesadilla.

Me encontré saludada por el techo blanco de una habitación. Esperaba ver el entorno turbio, así que sentí una sensación de alivio al darme cuenta de que ya no estaba allí.

Intenté mover mi cuerpo, pero un dolor inmediato me recorrió, haciéndome gemir.

—Estás despierta.

Solo pude mover los ojos para ver quién hablaba. Charlotte Wallace me saludó con una sonrisa.

Quería preguntar por qué estaba aquí, pero mi garganta estaba tan seca que luchaba por hacer cualquier sonido, excepto gemir cada vez que mi cuerpo dolía.

Charlotte rápidamente llamó a un doctor y permitió que me examinaran. Esperó actualizaciones sobre mi esta