Lo que sé de este hombre es esto: siempre prepara un baño después de que tenemos sexo. Él dice que es para aliviar el dolor en mi cuerpo. Tiene el mejor cuidado posterior. Por rudo que sea durante el sexo, su actitud después es todo lo contrario.

No puedo evitar preguntarme si siempre es así con sus otras parejas.

—¿Siempre eres así? —nos sentamos juntos en la bañera. Intentó irse antes, pero lo detuve y lo convencí de unirse a mí aquí.

Las marcas rojas y enojadas en mi piel por lo que hicimos con Arcel antes eran bastante visibles. Mis muñecas y tobillos también mostraban marcas similares de las ataduras.

Arcel había preparado una pomada para mí, diciendo que ayudaría a sanar las marcas rojas. Quise protestar, pero esto era una señal de que una vez más me había atraído a un mundo que nunca esperé disfrutar.

—¿A qué te refieres? —Su mano había estado acariciando suavemente mi piel desde antes, dándome algo de alivio.

—¿Preparando baños para tus...uhm, exnovias? —Me costó un poco con la