Magnolia se apresuró a decir, —No ha venido. Después de todo, hay momentos en los que no es apropiado que una niña esté presente.
Ricardo miró con el ceño fruncido a la señora Vargas, —Mamá, ¿no te habían dado el alta esta mañana? ¿Por qué estás aquí otra vez?
—He venido a verte. Mira, te has metido en este lío por una donación de médula. Y has echado a Rosalía de la familia Vargas por eso, ella no hizo nada malo.
—Mamá, ya he tomado una decisión sobre lo de Rosalía, o Fernando se queda o ella se va con él.
—Cómo puede ser, Fernando debe quedarse, es un hijo.
La señora Vargas mencionó la palabra hijo con una mirada deliberada a Magnolia, y luego habló, —pues, di algo.
La implicación era que Magnolia hablara con Ricardo sobre la ruptura.
Magnolia frunció los labios, pensando que habían pasado al menos unos minutos y que su secretario ya debería haberse marchado con Aria.
Cuando la señora Vargas vio su silencio, pensó que intentaba dar marcha atrás y enseguida le dijo, —No estarás pensan