Capítulo 430
Ricardo vio la incredulidad en sus ojos y se sintió ofendido: ¿estaba tan desagradable en sus ojos?

El hombre levantó la vista, —o qué, no es mi hijo, ¿qué sentido tiene quedarse?

Cuando Magnolia escuchó estas palabras, se miró el vientre, rompiendo a llorar.

¿Perdió a su bebé?

Ricardo vio a Magnolia llorando y al instante pensó que la broma no era buena y dijo, —no llores.

Acababa de hablar, Magnolia se bajó de repente de la cama y se abalanzó sobre él, —¡Ricardo, te mataré!

Ricardo la vio lanzarse y, temiendo que pudiera hacerse daño, se apresuró a tirar el ordenador y levantó la mano para atraparla.

Pero al segundo siguiente, su cuello estaba viciosamente agarrado.

Magnolia cabalgó sobre sus piernas, pellizcando su cuello, ¡su bebé se había ido, entonces iba a hacérselo pagar!

La garganta de Ricardo ardía caliente y dolorida, y no se atrevió a apartarla con fuerza, así que solo pudo fruncir el ceño y forcejear, —¡suéltame!

—¡No! ¡Ricardo, eres un asesino!

En ese momento, la puerta d
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